Una jornada de Voluntariado Medioambiental logra rescatar del olvido la Fuente de La Noguera

Promovido por la Casa del Parque Natural Arribes en Sobradillo, y con la colaboración del Ayuntamiento de Pereña de la Ribera, este lunes tenía lugar en esta localidad una jornada de Voluntariado Medioambiental, programa de la Fundación Patrimonio Natural que trata de recuperar paisajes naturales en los distintos espacios protegidos de Castilla y León.

En esta ocasión el objetivo era la recuperación del entorno de la Fuente La Nogera, construcción cuyos dinteles originales cabría datarlos en el siglo IV d.C. para, posteriormente, a partir del siglo XV sufrir una nueva reestructuración y ofrecer el aspecto actual, con un bello arco de medio punto que recuerda su estilo románico originario.

Así, una completa brigada formada por una quincena de vecinos de la localidad, comandados por Fátima del Arco, técnico de la Casa del Parque Natural, y con el alcalde Luis Rodríguez al frente, se dirigían a primera hora de la mañana para proceder a la limpieza de maleza que ocultaba la fuente, hasta no hace muchos años lugar de peregrinación al que los vecinos acudían a llenar sus cántaros, como recordaba Tomasa mientras hacía subir del pozo una herrada de agua con el cigüeño.

Pero la brigada estaba ya sobre el pequeño cauce del regato. Calabozos y hoces comenzaban a silbar sobre las zarzas y ortigas, las desbrozadoras comenzaban a 'bramar' y el pequeño cauce comenzaba a cobrar forma, y así más de 50 metros hasta llegar a las piedras de la emblemática fuente. Habían pasado casi cuatro horas de arduo trabajo y esfuerzo común, pero mereció la pena.

Fátima del Arco destacaba la disposición del Ayuntamiento para realizar esta acción, "nada fácil" añadía después de estar acostumbrada a escuchar escusas. El objetivo estaba cumplido: recuperar el patrimonio arquitectónico común de los vecinos de Pereña, además de contribuir a la mejora del medio ambiente, especialmente para la familia de anfibios que residen en este paraje, incluso algún que otro galápago, como señalaba Tomasa desde su huerto.

Ante la escasez de recursos por parte de la Administración, la sensibilización de la población, su militancia real para que se integre como parte activa de la sociedad, parece la única salida capaz de lograr la conservación del patrimonio arquitectónico, cultural y natural de todos.