Hacer las maletas para siempre

En esta época de hacer y deshacer maletas, hay una película: El Turista Accidental, cuyo protagonista es un escritor especializado en mostrar el arte de hacer bien una maleta. Nada fácil, porque luego sobra todo. Pero basta con que algo se olvide para que se convierta en lo absolutamente necesario.

En la maleta caben cosas magníficas, los libros son una de ellas. Ahora estoy volviendo a leer a Henning Mankel, autor sueco cuyas novelas tienen de protagonista a un detective que no logra entender la capacidad de hacer daño de los seres humanos. La Leona Blanca, una de sus obras se desarrolla en Sudáfrica, y mientras la intriga te atrapa en sus páginas, conoces la historia de un país castigado por la diferencias de clase y sobre todo, de raza, en formas tan extremas que sólo nos recordaría a la época más devastadora de la esclavitud americana. Pero si de algo sirven las grandes discriminaciones, es la oportunidad histórica de que surjan líderes, o todo lo contrario, de estar en manos de incapaces de solemnidad. En el caso de Sudáfrica tuvieron la fortuna de contar, en un clima de persecución atroz, con un hombre de la categoría humana de Nelson Mandela, cuyos 23 años en la cárcel no le convirtieron en un ser gris y rencoroso, sino que le sitúo en primera línea de pactos, empezando con suyos, más intolerantes con el propósito de Mandela de instaurar la paz en vez de aprovechar su carisma para vengarse de aquellos que le encerraron en vida y luchara por un poder absoluto.

Dejando de lado la fantástica novela, el verano también trae noticias que me dejan perpleja, como seguro les ha pasado a ustedes. Me refiero a la Unidad de Hematología de Salamanca, según denuncian los propios facultativos, por la falta de personal y de malas condiciones. Me pregunto qué hace la Junta de Castilla y León, qué les impide leer la prensa, llamar a quienes se quejan para elaborar un plan de urgencia y ponerse manos a la obra. La hematología tiene que ver con los trasplantes de órganos y con la investigación. En suma, con lo que debería ser la marca Salamanca, cuyas autoridades locales y autonómicas son, aún hoy, más partidarias de seguir viviendo de un pasado glorioso, que de un futuro con proyección internacional. La misma que tiene el Centro de Cáncer que comparte las mismas ansiedades: carencia de recursos, a pesar de contar con buenos equipos que sólo requieren de una buena inyección de dinero porque el talento les sobra a todos. Por ello son una constante referencia en revistas especializadas. Siempre me he preguntado si los responsables de tomar decisiones políticas leen lo suficiente, no digo que sean especialistas de todo, pero si un grupo de hematólogos afirma ante los periodistas que están en una situación límite, lo mínimo es preocuparse y actuar, de lo contrario deberían hacer las maletas, pero para siempre.