No pasarán

Philippe Petain, el héroe francés de la batalla de Verdún, la más cruenta de las batallas de la primera guerra mundial, se dirige en 1914 a sus soldados pronunciando una frase famosa: los invasores "no pasarán". En efecto, en aquél entonces los alemanes no pasaron. No obstante, 20 años después el mismo generalísimo, un 14 de junio de 1940, se dirige de nuevo al pueblo francés. Esta vez lo hace en un tono compungido: "...con el corazón destrozado os digo: Hay que dejar de luchar" Lo hace inmediatamente después de firmar un vergonzoso armisticio con las fuerzas de la ocupación. A cambio de tal rendición Hitler le permite instalar un gobierno "libre" en Vichy. Petain de inmediato inicia una campaña de "regeneración moral" sobre su protectorado.....

El lema, la cruzada se basa en viejas consignas: "Trabajo, familia y patria". ¿Trabajo? Petain retiene a dos millones de prisioneros de guerra, la mayoría combatientes franceses (y republicanos españoles), en campos de concentración administrados por las fuerzas de ocupación. La mayoría de ellos pasan a trabajar forzosamente para la industria de guerra alemana. ¿Familia? En octubre de 1940 el Gran Mariscal, ferviente católico, promulga las primeras leyes de exclusión dirigidas contra masones y judíos. El resultado final fue la deportación a los campos de exterminio polacos de 149.000 judíos. Niños, mujeres, ancianos, hombres y mujeres franceses, refugiados alemanes, rusos, italianos, etcétera de esa raza son apresados y confinados por la policía colaboracionista de Vichy. ¿Patria? En contra de las estipulaciones acordadas en la capitulación, Petain "regala" al Reich de los mil años territorios franceses: Alsacia y Lorena y el río Mosela. A tales muestras de generosidad se añaden otras. En agosto de 1940 Vichy organiza la "Legión francesa de combatientes", lugar de encuentro de una ciudadanía regenerada. Ellos se encargan de velar por la pureza de los valores patrios, henchidos de sentido común y lealtad. A saber, ayudan a la Gestapo en el mantenimiento del orden, reprimiendo con una crueldad inusitada a los disidentes, a la resistencia. Es decir, a los "antisistemas" de turno. Por último, algunos de aquellos, junto con los integrantes de la "división azul", son enviados al este, a luchar junto a las tropas alemanas en contra de las hordas rojas. Petain y sus colaboradores se equivocaron de bando. Les perdió el egoísmo, el miedo y su errónea percepción de la realidad. Pensaron a corto plazo. Pensaron en el poder exclusivo, en las ganancias fáciles y abundantes, se rodearon de lo peor que había en Francia, de esa chusma delatora y corrupta que tan bien describe Modiano en la Trilogía de la Ocupación. Así es la historia. Parecería que pierden los pueblos y a la postre terminan perdiendo los que estaban seguros de ganarles. Estas reflexiones se me ocurren al hilo de lo que está pasando hoy en Europa y en Grecia. Hoy el poder sobre las gentes no se alcanza con tanques y sí con deudas inasumibles, recortes sociales, "corralitos" y fondos de garantía. Hoy no hay desfiles, consignas, banderas, partidos únicos? hay lobbies financieros, aparatos burocráticos inextricables, líderes anónimos y apátridas, partidos políticos sumisos. Partidos que gestionan su "protectorado" con humildad y dedicación. Tal como Petain lo hacía desde Vichy. La UE fue un gran proyecto democrático. Una construcción fallida es, pensamos muchos, al día de hoy. Parecería que la suerte ya está echada y los nudos bien atados. Los que así piensan se equivocan. Este novedoso relato histórico acaba de empezar.