Autocuidados en días de calor

El agua como componente alimenticio forma parte de los micronutrientes y debe ser parte integrante de nuestra dieta diaria y más cuando aumenta significativamente el calor y los termómetros sobrepasan los 30ºC en el mercurio. En estos días más que necesaria, imprescindible. En especial en los ancianos y en pacientes institucionalizados porque no perciben su necesidad al no sentir, por diversos motivos orgánicos y fisiológicos, la sed. En los días de intenso calor, además, se debe activar el sentido común que nos indicará que en las horas centrales, entre las 12h y 17h, hay que estarse en casa y a la sombra, que debe hacerse menos ejercicio y que se debe beber más a menudo y sin sed para mejorar la refrigeración del disco duro, el cerebro. El primero en notar la falta de refrigeración y el golpe de calor.

Para cubrir las necesidades de agua en nuestro organismo existen pirámides de hidratación saludable. En primer lugar están las aguas de grifo o potables y las aguas mineromedicinales con bajo contenido en sal o aguas de manantial. Las aguas potables deben de ser, para ser calificadas como tales, desde el punto de vista organoléptico incoloro, inodoro e insípido. Antiguamente existía un dicho popular que decía ¨agua corriente no mata la gente¨, hoy en día dada contaminación frecuente de las aguas superficiales, no debe considerarse ni seguro ni conveniente, dado que sólo son seguras las aguas corrientes de las altas montañas. Todas las demás deben considerarse de riesgo debido a la costumbrita que tenemos de dejar nuestra huella de animal allí por donde pasamos.

Diariamente se den consumir unos 10 vasos, para llegar a consumir unos dos litros. Sólo en caso de insuficiencia cardiaca grave esta cantidad puede estar limitada. Si bien se puede consumir menos cuando se consumen otro tipo de bebidas o alimentos con alto contenido en H₂O como las frutas. La que más tiene es la sandía típica fruta de secano que tiene un 95% de agua. Este líquido incoloro es necesario porque interviene en el equilibrio hidráulico de nuestros sistemas y aparatos como el cardiovascular y renal, fluidifica las mucosas y refrigera nuestro organismo. El agua favorece la expulsión y limpieza de las vías respiratorias mediante la tos y los esputos, sin incluir los verbales que son cerebrales. Incluso reduce el estreñimiento ayudando al ejercicio y al resto de la dieta a abrir la puerta de atrás, la anal. Por estos motivos y otros menos importantes; pero necesarios sigue vigente el dicho ¨El agua es fuente de Vida¨.

Otro problema importante en verano por su frecuencia los constituyen las toxiinfecciones e intoxicaciones alimentarias cuya medida fundamental de prevención es el mantenimiento de la cadena del frio con la conservación de los alimentos. El frio dificulta la multiplicación de los microrganismos y la producción de toxinas. Se estima que en la Unión Europea el 32% de la toxiinfecciones alimentarias se debe a la conservación en una temperatura inadecuada. Tal es así que por cada grado que aumenta la temperatura por el cambio climático se produce un incremento entre el 5% y 10% en las infecciones por Salmonella.

Ante una toxiinfección alimentaria que generalmente se manifiesta por un aumento en la frecuencia de deposiciones acompañados de náuseas, vómitos con otras manifestaciones como dolor abdominal o fiebre (Salmonella no-typhi). Lo primero es hacer dieta absoluta. Es decir, dejar de comer y sólo beber una limonada alcalina o un preparado de sobres de los que existen en la farmacia con esto mejora el cuadro clínico en un día como ocurre en aquellos que está implicado el Staphyloscocus aureus por comidas con mucha manipulación y manejo como cremas, bollería, natas, carnes picadas o lonchas de embutidos.

En verano y, sobre todo en días de mucho calor, hay que estar vigilantes ante lo que nos pide nuestro cuerpo y activar el sentido común, ese que vamos a tener que vender en las farmacias para hacer sostenible el sistema sanitario español. No es cuestión de grados de temperatura es cuestión de sensibilidad y sentido de la oportunidad y la conveniencia de beber agua y sestear a la sombra.

JAMCA