Higiene individual y social

Tarlov en el año 1999 estableció unos niveles en los determinantes asociados a la Salud. En el primer escalón situó los determinantes como los biológicos, los físicos y los psíquicos y el estilo de vida. En un segundo nivel los sociales como el ambiente físico, climático y la contaminación ambiental. Es decir, los primeros constituyen los determinantes que dependen del individuo y los segundos aquellos que dependen de la Organización que las sociedades se dan en su evolución histórica. Los primeros son responsabilidad del individuo y los segundos de la Sociedad, con su forma de organización, administración y gestión. En éstos la competencia es de la Administración, dado que tiene que hacer efectiva y eficiente la accesibilidad al agua corriente, a la energía y al saneamiento medioambiental.

¿Cuál es la situación respecto al manejo y control de los determinantes de Salud en nuestro país?. Con respecto a los primeros, no se está realizando la necesaria formación y preparación educacional que les permite a los ciudadanos estar informados y responsabilizados con respecto a su estilo de vida y su Salud. Actualmente, la mayor parte de las enfermedades dependen de los hábitos del individuo, dependiendo básicamente de lo que cada uno hace con su cuerpo. Si se le da más comida de lo que necesita y no se hace ejercicio aparece el sobrepeso y, con los años, la obesidad. Posteriormente, en la edad adulta y en la ancianidad la obesidad, que antes era un elemento sólo estético y de imagen, pasa a ser un problema de Salud. Esta secuencia se produce porque la obesidad se asocia a enfermedades como la Diabetes Mellitus tipo II, las enfermedades cardiovasculares, osteomusculares y otras. Hoy, la Obesidad constituye una pandemia silenciosa y visual que no virtual. Además, si no se realiza Educación para la Salud seguirán apareciendo cada vez más obesos y enfermos y, el sistema sanitario será insostenible económicamente.

Con respecto a los determinantes sociales, estamos asistiendo, sobre todo en capitales de provincia y poblaciones grandes, a derivar las responsabilidades competenciales de las Administraciones Públicas a empresas contratadas que a su vez subcontratan. Es decir, se asiste a una descentralización de la gestión y la prestación de servicios al dejar en manos del beneficio responsabilidades esenciales para la Salud Comunitaria. En esta manera de actuar existe un conflicto de interés entre la efectividad del servicio y la eficiencia del mismo. Es decir, entre los beneficios de las empresas que generalmente tienen menos compromiso social, menos personal y, en consecuencia, logran más beneficios (eficiencia) frente a la efectividad que es lo que demanda y necesita el ciudadano. En algunas ciudades, tardan hasta una semana en dar de alta la luz y el agua. Lo que implica, falta de efectividad con mucha eficiencia, es decir, muchos beneficios a costa de la paciencia de los ciudadanos. Esta forma de derivar responsabilidades en relación con los servicios esenciales ocasiona frustración e impotencia dado que es difícil detectar al responsable. Además, al utilizar varias y diferentes empresas intermediarias y subcontratas se ha creado otro deporte nacional, el juego del pin pon con la ciudadanía entre la Administración y las empresas adjudicatarias.

La externalización de los servicios esenciales como la Sanidad, el suministro de agua, la energía y otros estratégicos, como el transporte debido al turismo, no se pueden ni se deben dejar en manos del lucro, dado que son básicos para la Salud Pública y Comunitaria y, en consecuencia, deben ser suministrados, administrados y controlados por las Administraciones Públicas.

A la Higiene Personal se llega fundamentalmente desde el hábito de ducharse y asearse todos los días; pero para ello los ciudadanos deben de disponer de agua, como elemento esencial, según la OMS, al menos de 100 litros/día.?

A la Higiene Administrativa se llega desde la responsabilidad competencial que tiene la Organización y la Administración Pública con sus ciudadanos. Es decir, a través de los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas efectivas y, si es posible, eficientes.

JAMCA