Las Izquierdas, España y los símbolos nacionales

Hace unos días, con gran sorpresa de periodistas y público en general, se presentó el secretario general del PSOE como candidato a la Moncloa. La sorpresa vino por la parafernalia de la presentación muy a la americana y con una bandera española por detrás del personaje.

La presentación pública de la candidatura estaba obviamente muy medida tanto en el escenario como en el discurso de Pedro Sánchez en el sentido de desmentir el giro de radicalidad y de extrema izquierda que el PP, perdedor en la mayoría de los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, intenta difundir entre la ciudadanía. Podrá gustarnos o no ese modelo presidencialista pero no es ajeno a la política española desde la primera campaña "americana" de Adolfo Suárez en junio de 1977 hasta las campañas de José María Aznar.

Sin embargo, lo más sorprendente no fue únicamente la reacción herida de la derecha española que se considera como única propietaria de la bandera española, que por cierto es de todos, de derechas, izquierdas o mediopensionistas, sino los comentarios de todo tipo, algunos especialmente ofensivos, de la gente que se dice de izquierdas.

Por lo visto, si eres catalán, vasco, gallego o de otra región de España, tus símbolos, himnos y banderas son sagrados y un insulto o ataque a ellos es un ataque a Cataluña, País Vasco o Galicia o la región de que se trate, y eso que algunos de estos símbolos son inventos bien recientes como la ikurriña vasca.

En cambio, respetar la bandera española y el himno es de fachas, de franquistas o de patéticos nacionalistas españoles. No se qué pensarían los estadounidenses de esta interpretación, ellos que entonan el himno antes de cada partido de beisbol.

Advierto que yo no soy un fervoroso hincha de banderas, himnos y demás liturgia nacionalista, sin embargo, creo que representan el sentir de una comunidad, de su historia pasada y de su presente y por ello es necesario tener respeto por esos símbolos, incluso aunque no se esté de acuerdo con ellos.

Las izquierdas españolas, porque no existe una única izquierda, cometieron un error muy grave en la Transición política cuando dejaron los símbolos de España en manos de la derecha franquista y la extrema derecha.

El recuerdo vivo de la Segunda República, la instrumentalización franquista de los símbolos nacionales llevó a nuestras izquierdas a aceptar la democracia parlamentaria y la propia monarquía pero sin asumir una bandera que no es franquista sino de fines del siglo XVIII, de la época de Carlos III.

Reivindicar un régimen republicano no debe llevarnos necesariamente a desairar la bandera actual de España. De hecho, países anteriormente monárquicos se convirtieron en repúblicas y mantuvieron la misma bandera, véase Portugal, o Rusia, por poner solo dos ejemplos, eso sin contar con la Primera República española que mantuvo la bandera de Carlos III. Se diga lo que se diga, y con todos los respetos para la bandera de la Segunda República, la bandera española actual es amarilla y roja y no tiene una franja morada, como algunos se empeñan en hacernos ver, y esa bandera es el símbolo de nuestra democracia y de nuestra constitución aprobada mayoritariamente por los españoles.