Paciente en la vida y ahora Doctor

Renunciando a una progresión sin límites, standby en su pasión por el mundo del borceguí y el cuero hecho esfera. Llego el momento del folio, la pluma, los informes, el leer y releer. Investigar en el lado más íntimo del HMB, tanto que a veces provocaba celos en la vitamina D, el calcio e incluso en las proteínas.Horas de ángulo recto con conato de número cuatro después de diecisiete horas mirando fijamente al interior de una información que poco a poco se asimilaba e iba dando forma al posible futuro de un señor doctor.

Luchas enconadas entre el deber y el placer, dejando para este último solo unas idas y venidas del mejor amigo del hombre recordando sus obligaciones corporales diarias y una licencia de asueto, en forma de lúpulo y cebada licuados, para la última hora del viernes... y no todos.

Deporte para no anquilosarse, movimientos rítmicos, esfuerzos en grado de HITT, dominadas arrastrando los sentimientos, estiramientos para alcanzar los mundos que incongruentemente le abrazan o le rechazan.

Gorros de lana que se abrazan al cráneo e impiden salir las ideas ya digeridas por el cerebro y asimiladas a golpe de codo, y caricias de teclas. Look de "almsman" para enfrentarse a las realidades de la vida más allá de las cadenas de aminoácidos y el metabolito bioactivo de la leucina.

Reducción de vida a respirar, dormir, estudiar, respirar, dormir...a veces "prevenir" alcanzando la supremacía del mundo minimalista social y aderezándola con pimienta molida a golpe de plato y piñón.

Hoy día tres de Julio de dos mil quince, se terminó una fase que dará lugar a un maravilloso mundo de posibilidades. A ti, no podrán decirte como a Boadil el Chico la frase lapidaria para abandonar Granada. A ti en Granada te entregarán tú medalla de oro, tú llave universal, tú reconocimiento a horas, días y meses de dedicación y sufrimiento acompañados de media sonrisa donde se reflejaba el cansancio , a veces la tristeza y otras muchas la esperanza de conseguir el objetivo por el bien común, por el tándem completo.

Por fin se acabaron los agobios, los sin sentidos y las dudas de lo evidente. Se terminó el pulular como un zombi arrastrando las cadenas de aminoácidos, suspirando que alguien pusiese la paz y el equilibrio necesario para poder alcanzar la cima, se acabaron las indigestiones de información. Se acabaron las bienvenidas fugaces y las conversaciones al ritmo de speedy González ...

Doctor Fran Albert, pero ante todo AMIGO, un escalón más superado en tu caminar hacia la supremacía futbolística, a tu desarrollo profesional. De esta experiencia, absorbida, vivida, exprimida, sufrida, reída, llorada, suspirada, a veces abrazada y muchas disfrutada, aunque abúlico en el camino, la convertirás en un salto vertical hacia el infinito de lo humano, eso que tu cultivas día a día .