Y así llegamos al primer pleno...

Muy mal han empezado su corta andadura en el Ayuntamiento de Salamanca los representantes de Ciudadanos.

Quienes se autoproclamaron líderes del cambio, la regeneración y la transparencia poco o nada han hecho por iniciativa propia ni en esta ni en otras materias.

El lastre que siempre llevarán consigo será el de no haber facilitado el cambio, la regeneración y la transparencia por haber dado su apoyo al Partido Popular. En concreto, a Alfonso Fernández Mañueco, una persona vinculada política y afectivamente a personas relacionadas con diversos casos de corrupción.

Para la historia política de la ciudad pasará la reunión del 8 de Junio en el Parador de Salamanca entre Ciudadanos y el PP en la que acordaron el reparto del pastel y cuyo resumen se plasmó en una nota de prensa que quedó guardada en el cajón del responsable de prensa del PP hasta que dos días después decidió enviarla sin acordarse de cambiar la fecha. El día 10 de Junio enviaron una nota con fecha 8 de Junio!!! ¿Y qué pasó en esos dos días? Que Ciudadanos engañó a los salmantinos haciendo un teatrillo entre si apoyaba a Enrique Cabero o a Mañueco mientras ganaba tiempo para que desde Barcelona les dieran el visto bueno a su pacto con el PP, y que el PP se afanaba en recolocar a los suyos en el nuevo organigrama municipal pactado con Ciudadanos mientras tranquilizaba a algunas empresas amigas porque nada iba a cambiar en su relación con el Ayuntamiento.

Quienes pretendían regenerar la política se contentaron con el caramelito que el PP les ofreció para entrar a formar parte de la junta de gobierno local, creyendo que así iban a tener un mayor control sobre la acción de gobierno. Tremendo error. Es en los decretos de alcaldía donde el PP ejerce la discrecionalidad absoluta en el gobierno de la ciudad.

Mientras el PSOE presenta un decálogo de propuestas sobre regeneración, transparencia y medidas sociales el día 17 de junio, ¿qué es lo que hace Ciudadanos? Adueñarse como propias medidas de ese decálogo y venderlas públicamente como un ejercicio de responsabilidad con la ciudadanía.

Y llegamos así a la guinda del pastel, acusar al PSOE de no querer presidir las comisiones informativas por no saber, cito literalmente, "actuar de una forma responsable, profesional y eficiente".

Quienes han derrochado, desperdiciado y tirado a la papelera la voluntad de miles de electores que depositaron en ellos la confianza para cambiar el rumbo político de esta ciudad no están en condiciones de dar lecciones sobre responsabilidad, profesionalidad y eficiencia a nadie.