La Cafetería del Casino, lienzo de piedra para la fotografía salmantina

Esta nave de madera invertida y paredes de piedra donde se reflejan las luces y se mira a la más recoleta de las plazas charras, es la Cafetería del Casino de Salamanca, animada a las doce de la mañana con los últimos cafés y las primeras cañas de esos días que, en nuestra ciudad, tienen una prisa y un relajo propios característicos. Sin embargo, este espacio hermoso se ha convertido en la sala de exposiciones de los fotógrafos salmantinos y mes a mes nos devuelve la mirada de quienes entregan a la cámara lo mejor de sí mismos.

-¿Sólo fotografía?

-Sólo fotografía.

Las bellísimas imágenes de Andrés Holgado me recuerdan que esta ciudad tiene una memoria de nitrato de plata. Sobrino de uno de los maestros pioneros de la cámara, fue desde los dieciséis años, como nos recuerda otro maestro, José Amador Martín, un enamorado de la imagen, un autodidacta que busca la foto perfecta y que se atreve con todos los recursos del retoque y de la digitalización. Hombre que comparte su sabiduría ¿Quien sino Pablo de la Peña, fantástico retratista sabe de su magisterio? Holgado nos sorprende con sus feroces contrapicados, con sus saturados colores siempre al borde del instante perfecto: palomas que alzan el vuelo, rosas cristalizadas en la helada matutina? un momento sublime que recoge y retoca el fotógrafo atrevido que ha encontrado en las Miradas poéticas de su periódico, Salamanca rtv al día, el espacio donde remansar esa búsqueda incesante de la pura belleza.

Holgado elige el color, la cuadratura del cuadrado y la exposición geométrica de imágenes llenas de vida que parecen vibrar en las paredes de piedra centenaria del Casino. Hay algo en ellas familiar ?las conchas de la Casa, las tinajas de barro?- pero enormemente innovador que sencillamente nos maravilla, nos admira, nos acaricia. No hay nada violento ni perturbador en estas imágenes, sino la pura belleza que anida en la memoria de quienes tenemos el placer de sentir estas fotografías que hacen el efecto de una caricia. La misma con la que la piedra se convierte en papel y nos devuelve el color, la oportunidad, la perfección de las fotografías de Ángel Holgado.