Ricos y pobres (II)

Este mundo de "los ricos" en el que me he zambullido e intento meter a mis lectores, mundo complejo por demás, me parece a veces un mundo diabólico, otras de ficción. Porque resulta harto difícil de tragar que 10 familias del mundo tegan el 80% de la riqueza. Por eso, he decidido visibilizar sus rostros, quizá para muchos de sobra conocidos, aunque su sobreabundante riqueza, posesiones, mansiones, aviones, sus lujos "asiáticos" resultan dificiles de abarcar y menos traladar al papel. Hay muchas cosas incomprensibles pero lo que menos entiendo es la connivencia entre estos ricos, para ayudarse a ser más ricos, cuando a los pobres nos cuesta tanto acordar lo que puede ayudarnos a atravesar el a veces largo tunel de la vida.

He aquí sus nombres, sus rostros y sus millones:

Si algo inicialmente visible caracteriza a estas familias es el lujo no sólo de sus mansiones y la exuberancia decorativa que las adorna, de los objetos de uso habitual: coches, aviones, yates..; es sobre todo el refinamiento de este lujo que se cifra en la búsqueda de "experiencias auténticas" que sólo ellos pueden encontrar, hasta el punto de que el lujo se ha convertido en una industria que, después de pasar de lo artesanal a la fabricación en serie, ha devenido para ellos en objeto exclusivo de "experiencias exclusivas". Así se explica que entre 1995 y 2012, el mercado del lujo pasara de 77.000 millones de euros a 212.000 millones anuales.

Pero estas cifras se quedan cortas pues se limitan a aquellos productos que habitualmente han entrado en la categoría del lujo: moda, productos de belleza, perfumes, joyas, relojes y alcoholes. En las últimas décadas ha aparecido la nueva forma del «lujo de experiencia» en contraposición al tradicional «lujo de objeto»:

pared ocupada por un acuario

hoteles de lujo, veladas de ópera, spas, alta gastronomía, safaris y cruceros, cócteles de moda e incluso islas y viajes espaciales privados.

«Los objetos se vuelven volátiles y son reemplazados por atmósferas de lujo. Y hasta los propios objetos tienden a disolverse en atmósferas". El "mercado de lujo", factura anualmente un billón de euros. Este nuevo lujo se impone como uno de los motores más poderosos de la economía.

Para mi, no deja de ser un mundo de ficción, resultado de un exceso tal de dinero, que a la postre no puede satisfacerles nunca y que hace de estos aparentes disfrutadores unos esclavos, a los que acabo compadeciendo, porque no son capaces de salir de ese circulo infernal de insatisfacción. Por fortuna, la felicidad, no está relacionada con esos parámetros, sino con la densidad interior de las personas, la entrega generosa, la sencillez y el abandono (los pobres del espíritu de la primera Bienaventuranza de Mateo). Imaginar esas exquisiteces en "experiencias" inéditas y exclusivas, sobrepasa mi comprensión de lo humano y hasta divino. Pero me revelo, me solivianto cuando veo cuántos millones de niños mueren de hambre y no pueden recibir los remedios curativos contra epidemías que asolan sus paises.

Los ricos, que son los dueños de las grandes Transnacionales, de los grandes negocios del dinero, en contraste con los ciudadanos normales, apenas pagan impuestos. Así las grandes transaciones que realizan a diario en las bolsas ?la economía de un país se mide por la subida o bajada de estas? no ha tenido nigún impuesto hasta que hace 30 años Tobin, llamó la atención, proponiendo una tasa ínfima, el 0,1% que podía acaba con el hambre del mundo. Se redujo después al 0.05 y la última propuesta fue el 0,005, algo superinsignificante para los que manejan cifras billonarias. Dadas las dificultades y los rechazos por los que ha pasado la implantación de esta tasa, se ha propuesto una implantación gradual.

Esta tasa cuya siglas son TTF no podemos confundirlas con otras más recientes TTIP, el "Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión, de libre comercio" que se está negociando entre EEUU y la UE desde 2013, mantenido en secreto y de espaldas a los ciudadanos por la opresión de los grandes lobbies de las empresas transnacionales. Para conocer sus efectos desvatadores , existe el ejemplo del TLCAN, Tratado de Libre comercio entre EEUU, Canadá y Mexico. Detroit, hogar de La General Motors, Ford y Chrysler, con la marcha de estas a Mexico se ha convertido en un fantasma, con un prolongado deterioro industrial que tampoco ha favorecido a los trabajadores de México, donde se formó un potente ejercito de trabajadores de reserva, pues los puestos de trabajo migraron al sudeste asiático. Los ejemplos son numerosos y muy flagrantes y desoladores, como el de las pequeñas granjas familiares de cultivo diversificado, rodeadas de grandes campos agroindustriales del medio Este, con monocultivos de maiz y soja, pertenecientes a grandes empresas subvencionadas de semillas tranasgénicas de Monsanto o Archer Daniels. Aunque hubo una resistencia heróica por parte de sindicatos y trabajadores del campo, muchos campesinos perdieron sus tierras y trabajo.

A 20 años, se está fraguando para Europa este Tratado en el que las empresas europeas serán tratadas como empresas locales de EEUU y viceversa. Los productos de USA podrán encontrar menores resistencias en el mercado europeo, como es el caso de los productos transgenicos, que en EEUU tiene baja protección sanitaria. Se perderán unos 600.000 puestos de trabajo, 90.000 de los países del Sur. Se facilitará la entrada de empresas privadas como poveedoras de los servicios públicos. El TTIP haría irreversibles las privatizaciones que se han venido haciendo. En el sector de la alimentación no habra restricciones a los alimentos genéticamente modificados, los pesticidas, la carne tratada con hormonas y promotores de crecimiento. Se permitiría que las etiquetas no informen sobre la procedencia de los alimentos. Y lo peor, si se firma el TTIP , el mundo caminará hacia la entrega total de las democracias al poder económico de las Transnacionales.

"Estamos todavía a tiempo de poner a las personas por delante del Capital", es la conclusión de la hoja ?papeles- que acompaña al cuaderno 194 del folleto de Junio 2015 de "Cristanismo y Justicia