Noche de San Juan en Letras Corsarias con Katua Galea

A despecho de los horarios comerciales, Rafael y María, los capitanes de Letras Corsarias, el bajel pirata de libros y sueños de la Plaza de San Boal, se embarca en la aventura de celebrar la Noche de San Juan entre cuentos y teatro de la mano de Katua Galea.

En un ambiente íntimo, casi de recogimiento, los espectadores de esta inusual propuesta literaria asistieron a la vida y la obra del inconformista poeta pirata León Felipe. El viaje biográfico del autor, nacido en un pueblo de Zamora y de vida azarosa y aventurera, fue narrado por una actriz portentosa, Pilar Borrego, que con su voz y el manejo de unos pocos, simbólicos, significativos objetos entre los que destacaba el tren de juguete que evoca el trayecto, con guión y dirección de David Galeano. L

a voz de la actriz, quien no olvidó reiterar el agradecimiento a un espacio que, siempre atento y dispuesto recibe cualquier propuesta con una sonrisa y una feliz hospitalidad, recorrió la vida de León Felipe, el poeta exiliado en México tras la Guerra Civil ?descrita con una delicadeza y una certeza originalísimas- así como los versos del poeta maldito, mal estudiado y mal conocido y, sin embargo, perfecto representante de un tiempo en crisis en el que la diferencia está denostada y la poesía, arrinconada en los libros de texto. A esta voz envolvente, a esta actriz embriagadora, se unió el magnífico montaje y las marionetas con las que representó una pieza teatral del propio León Felipe, así como gracias a las siluetas negras, la primera parte de El Quijote y la aventura de los molinos.

El público, sentado entre libros y entregado al silencio litúrgico del espectáculo, viajó a través de las vías del tren de la vida aventurera del poeta épico y aplaudió largamente a los dos protagonistas. Un reconocimiento sentido, largo y profundo que no solo iba dirigido al excelente trabajo de la compañía teatral, sino a la entrega y delicadeza de estos libreros valientes que han dado a la ciudad un espacio único donde la cultura se vive, se disfruta y se aplaude muy sinceramente. Tanto como anoche, entre la tormenta y la hoguera del sueño, aplaudimos a Katua Galea y a sus librescos anfitriones.