Este Papa es un viejo Verde

El Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, que tomó su apodo del santo de Asís, nacido en el siglo XIII, y considerado el patrón de los animales y el medio ambiente, ha puesto la ecología política en el centro del debate social y político, a lo largo de las 191 páginas de las que está compuesta la publicación de su primera encíclica, Laudato si, haciendo alusión a los graves problemas que la humanidad tiene ante sí y propone, incluso, medidas para romper la actual relación entre pobreza y desarrollo y entre tecnología y medio ambiente. Sorprende sobremanera cómo este "viejo verde", en vez de empeñarse, como todos sus antecesores, en vociferar contra los pecados de los demás, su moral y forma de comportamiento, pone el énfasis en la avaricia de los que detentan el poder y su ansia de dominio del planeta.

¡Quién me iba a decir a mí que me leería una encíclica papal! [http://bit.ly/1K1I1R2]. Paco, permíteme que te tutee, cosa que únicamente hago con quien merece mi respeto, ha puesto sobre la mesa cómo las grandes compañías, auspiciadas por los gobernantes de los países ricos, han contribuido al cambio climático y ampliado la pobreza y las desigualdades, a la vez que ha propuesto un cambio en el estilo de vida para evitar que nuestro planeta se convierta en un "depósito de porquería". No es posible crecer indefinidamente en un planeta limitado, y los ritmos de consumo actuales están llegando a los límites admisibles. Este crecimiento está dejando claro que la escasez de recursos básicos, como la tierra, el agua o la energía, conlleva un grave deterioro ambiental.

Una nueva rama de la teología ha sido alumbrada: la teología ecológica, auspiciada por este Pope que ha devuelto la credibilidad a la ciencia, independientemente de si somos o no creyentes, y dejar claro que somos nosotros los responsables de la crisis que se le viene encima a la Tierra. Un planeta que es de todos, donde la riqueza, en manos de unos pocos hasta ahora, debe tener una consideración social y un reparto justo; un planeta que hay que cuidar, pues es cuidar de sus pobladores, seamos de la especie que seamos. En ese sentido, cabe recordar las palabras de la bióloga Asun Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife: "Abogar por la naturaleza es abogar por nosotros mismos, porque el medio ambiente es la verdadera riqueza que tenemos. Realmente, no se puede hablar de justicia social, de equidad o de regeneración democrática si no se incluye el medio ambiente. Es un derecho básico y la fuente de nuestro bienestar" [http://bit.ly/SGDFIC]. ¿Estará afiliado Paco a la mayor coalición de ONGs conservacionistas del mundo? Si no lo está, es el momento de otorgarle una presidencia de honor.

Obcecados en las ganancias económicas, se ha dejado de lado la seguridad planetaria: la pérdida de biodiversidad y de los ecosistemas que los sustentan, incapaces de absorber más contaminación, son un claro ejemplo de dejadez frente a la responsabilidad con las generaciones venideras. Paco, ha abogado por defender el planeta desde el sentimiento religioso de cuidar la creación divina; los ambientalistas lo solemos hacer por el respeto a los demás, resto de especies incluidas; y, los utilitaristas, que hasta ahora no han hecho caso ninguno, deberían empezar a hacerlo porque es nuestro sustento, la base en la que apoyarse y dependemos totalmente de la Tierra. Ya se está creando el infierno en la Tierra, y los que se empeñen en ello irán de cabeza al Averno? por mucho que recen.