La migración no es un crimen

Tenía un proyecto junto a mi esposo e hijos para venirnos a España, un país en el que, en teoría, tendríamos una mejor situación en muchos aspectos.

Aunque en mi país de origen vivíamos como una familia de clase media, la situación de violencia e inseguridad se hacía ya insostenible. Nuestros problemas eran cotidianos y los vivíamos como grandes problemas?

Hasta que un día me tocó vivir un problema verdaderamente serio, que nos puso al límite a mí y a mis hijos de 3 y 9 años: a mi esposo lo habían detenido y se encontraba en prisión preventiva en su viaje de exploración a este país. Él me dice que fue utilizado por una mafia y que ahora se enfrenta a una dura condena.

Entonces, en un segundo, pasé de tener una vida de trabajo con mi esposo, de compartir cada segundo con nuestros hijos y de tener una bonita familia, a encontrarme sola con mis dos hijos, con mi esposo en esta situación y en un país que, lejos de ser como lo había soñado, solo llegó a presentarse como un ambiente hostil. Gran parte de mi familia y amigos echando la vista a un lado. Mis hijos perdían a su padre y con ello vendrían las secuelas psicológicas, sociales y también económicas. En conclusión, me encontraba en una situación en la que sentía que todo estaba perdido, me sentía muy vulnerable ante la vida y pensé que sería el final de mi familia.

Pero decidí combatir esta situación, luchar contra ella, pelear por lo que yo considero mi hermosa familia. Entonces fue cuando decidí buscar ayuda, gente que me orientara para enfrentar este duro reto que me había impuesto la vida y que estaba decidida a superar en compañía de mi esposo e hijos.

Empecé por lo fundamental, que era llevar comida a la mesa. La artesanía es con lo que me había ganado siempre la vida; aunque es muy difícil comenzar de nuevo, lo estoy intentando y sé que lo lograré.

Así fue como en un ir y venir, mucha gente me había hablado de un lugar llamado CÁRITAS. En principio, me sentí escéptica, pensé que no me tomarían en cuenta o no me escucharían, no me comprenderían?.

Pues hoy en día, les puedo decir que estaba muy equivocada y que he encontrado en ellos lo más parecido a una familia, acogida sin condiciones, ayudándome a vislumbrar el rumbo que debía tomar en mi situación. Trabajadores sociales, abogados, asesores laborales, que me han brindado herramientas básicas para sobrellevar mi situación hasta que pueda salir del todo de ella. Hoy me siento encaminada, con fuerzas para salir adelante y luchar para recuperar a mi familia, lo cual estoy completamente convencida que lograré.

Estaré profundamente agradecida a esta familia CÁRITAS por el resto de mis días, y estoy deseosa de ayudar a otras personas y sobre todo, de tener la oportunidad de ayudar a familias que, como la mía, sufren situaciones desafortunadas. Aunque yo no he salido del todo de mi problema siento que es cuestión de tiempo y Dios pondrá sus manos por nosotros.

Con toda esta historia quiero recordar la premisa de NO TE RINDAS, que la vida te pone pruebas, pero con amor y convencimiento lo puedes lograr?.

Alejandra