Los amantes de la cultura oriental Taichi suman energías para luchar contra el cáncer

Los amantes de la cultura oriental en Salamanca sumarán todo su caudal de energía positiva para luchar contra el cáncer. Será canalizada a través del Primer Encuentro Taichi Chuan en apoyo a los niños afectados por la enfermedad.

La gala tiene también como fin primordial homenajear a Víctor Herrero, un niño de 13 años afectado por el cáncer, y que a través de su persona se convierta en un recuerdo a todos los chavales que afrontan con valentía esta afección.

La gala, que contará con actividades musicales, danzas orientales y exhibiciones de taichí, se celebrará el sábado 27 de junio a las 18 horas en el salón de actos del colegio de la Santísima Trinidad-Trinitarias (entrada por la calle Fray Luis de Granada). El acceso al espectáculo es gratuito hasta completar el aforo.

Organizado por la asociación Taiping, de promoción de la cultura Taichi, este primer encuentro cuenta con la estrecha colaboración de SALAMANCArtv AL DÍA, grupo Creadsa, Coca Cola, Pyfano y el colegio de la Santísima Trinidad (Trinitarias).

Los organizadores explican que se vivirá "una experiencia desde el corazón, donde todos vamos a disfrutar de la cultura Taichi Chuan y la entrega de energía positiva a la enfermedad del cáncer".

El maestro nacional Luis Miguel Solórzano, que imparte sus clases en el Centro Municipal Integrado de Vistahermosa, Centro Cívico Julián Sánchez 'El Charro', la Asociación de Vecinos Navega y la de Capuchinos, afirma que "Taichi Chuan es un arte marcial que hace énfasis en el entrenamiento de la respiración, la energía interna y la meditación, para lograr con el tiempo mejorar la salud y el bienestar".

"Desde antaño observamos las variaciones de estado de la naturaleza y tratando de captarla, la imitamos, logrando así armonía entre nosotros y el entorno", añade.

Para Solórzano, "se trata de un arte taoísta en el cultivo del cuerpo, mente y espíritu creado por el pueblo chino para su desarrollo en la vida diaria, prevenir y curar enfermedades, proteger y fortalecer la salud".

Respaldo a Víctor Herrero y a todos los niños con cáncer

La familia de Víctor Herrero agradece este homenaje a su hijo y por extensión a todos los niños. En su representación, la madre, Chely Gil, ha escrito la siguiente carta en la que expresa su gratitud y sentimientos, los de sus padres, hermana y otras personas cercanas.

"Víctor es un niño feliz, alegre, lleno de energía, valiente, muy valiente, generoso para regalar besos y abrazos. Pero en su vida ahora también hay enfermedad, una cruel enfermedad que no hace distinciones y que quiere pelear con él, como con tantas otras personas, niños y mayores. Lo que esta enfermedad no espera es encontrar un rival tan fuerte y con tanto a su favor.

El ejército que capitanea Víctor está compuesto por muchas personas especiales, gente generosa que no le va a dejar rendirse. Los amigos, que le aportan mucha energía, felicidad, mensajes de ánimo y aliento para recibirle y compartir.

Su colegio, con sus oraciones y apoyo siempre, sus llamadas telefónicas desde la clase, sus profesores pendientes en todo momento, su espacio, ofrecido sin titubear?

Sus médicos, enfermeras y demás personal del hospital son los mejores estrategas contra la enfermedad.

La familia, el mayor apoyo incondicional en los momentos más duros, a los que no nos puede el cansancio.

Pyfano, orientándonos cuando creemos haber perdido el camino y acompañando al niño, sobre todo jugando con él. El juego es un arma muy poderosa que la enfermedad no conoce.

Unas gracias muy especiales a la Asociación Taiping, que ha utilizado la amistad entre Luis y Víctor para poner en marcha este encuentro, capaz de trasmitir una energía muy especial para todos, pero sobre todo para Víctor y para otras personas que están superando o han superado el cáncer.

Por último, cierra este ejército gente que hemos ido encontrando en el camino y que sin más se ha quedado para ayudar, gente nueva que ya forma parte de nuestras vidas.

Lo que esta enfermedad no sabía es que con este ejército es difícil competir; ella quiere traer oscuridad, pero somos muchos, y nos turnamos para mantener viva la luz cuanto alguno cae agotado. Lo que ella no sabe es que, con todo esto, los besos y los abrazos de Víctor, no tienen fecha de caducidad.

Chely Gil (Madre de Victor)"

El Taichi, arte marcial terepéutico

El tai chi es un arte marcial con aplicaciones terapéuticas originario del imperio chino, y cuya práctica está relacionada con la consecución de un mayor equilibrio físico y psíquico.

Respecto al nacimiento de esta disciplina, existen diferentes teorías sobre cómo se originó y evolucionó, ya que, tal y como sucede en otras técnicas milenarias, en la explicación de su origen se entremezclan mito, leyenda y realidad. Lo que sí se ha demostrado es la vinculación directa del taichi con el Taoísmo, una religión oriental con más de 2.500 años de antigüedad y que tiene como objetivo principal la búsqueda del camino o tao.

Cuenta la leyenda más extendida sobre el taichi que, hace varios cientos de años, un monje taoísta llamado Zhang Sang Feng vio cómo peleaban una grulla y una serpiente. La grulla, por más que intentó clavar su pico en la serpiente no lo consiguió, ya que ésta siempre la esquivaba. Así, de la observación de los movimientos de la serpiente nacería el T'ai-Chi-Ch'uan.

Los fundamentos del taichi

Este arte marcial forma parte de la Filosofía de la Naturaleza china y, como tal, está vinculado directamente con otros conceptos como el Yin y el Yang, el Chi (Qi) y, por sus aplicaciones terapéuticas, con otros aspectos de la medicina tradicional china.

El Yin y el Yang están relacionados con la observación del sol y la luna y con el paso de las estaciones. Son dos extremos opuestos que, al mismo tiempo, están interconectados y que forman parte de un todo. Por tanto, este concepto describe las cualidades opuestas de las cosas como, por ejemplo, el masculino y el femenino, el bien y el mal, el día y la noche o el amor y el odio. A la hora de identificarlos, el Yin sería la zona oscura y el Yan la parte más clara. La presencia de uno dentro del otro implica que interactúan y que son complementarios. Es decir, no tienen sentido ni se entenderían si ambos no existieran.

Por su parte, el Chi (Qi) hace referencia a la energía. Todos los elementos que conforman la naturaleza estarían estructurados en función de dicha energía y sus diferentes combinaciones. Como el campo de actuación de la energía (Chi) es tan amplio, la tradición china lo clasifica mediante tres categorías: Cielo, Tierra y Hombre. El Chi Celeste se asocia a los fenómenos atmosféricos y climatológicos, los cuales están directamente relacionados con el Chi Terrestre ?por ejemplo, sin lluvia se secarían las plantas? y con el Chi Humano que, a su vez, estaría influenciado por los otros dos.

Toda persona, animal o planta posee su propia energía o Chi, la cual tiende a estar en equilibrio. Cuando esto no sucede así, es cuando se manifiestan los problemas de salud y las enfermedades.

Son bastante conocidas las numerosas formas de trabajar la energía y de conseguir dicha estabilidad entre nuestro cuerpo y nuestra mente, entre ellas se encuentran los masajes, la acupuntura y la acupresión, el Reiki, el tratamiento con hierbas o la meditación y los ejercicios físicos. Precisamente, dentro de estos dos últimos grupos es donde ubicaríamos el taichi.

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