Corpus Christi 2015

El roce hace el cariño. O el cariño hace el roce, que parecn cosas distintas y contradictorias, pero siéndolo, son ambas verdad. La noticia ha corrido como la pólvora: "el 'Pichi' ha muerto". "No se ha muerto, pero está en el hospital muy malito, que me lo ha dicho al enfermera'. Las noticias, contradictorias como la vida misma, me llegan por boca de unos cuantos conocidos de la calle: Carlos, Javier. Ignacio, Juanma, artistas de fortuna callejera. Están preocupados y conmovidamente solidarios: dejaba la droga, se recuperaba, aparecía un día como un pincel y volvía a caer. Qué fuerza debe tener la droga, me dice uno de ellos, pero más fuerte es la mente humana, se da fuerza a sí mismo, reflexionando y aprendiendo la lección en la desgracia ajena. Nos interrumpe la conversación el barullo que arma una despedida de soltero, de esas que inundan los fines de semana nuestras calles, en las que cabe todo y lo contrario.

Poco antes había saludado a un empleado de funeraria que asomaba la gaita fuera de su oficina para observar el follón callejero. Pero ¿esta empresa vuestra no cierra nunca?, le pregunto para entablar conversación. Y me cuenta que no, que han tenido que recoger el cadáver de un octogenario que, aparentemente, se ha suicidado tirándose desde el cuarto piso. Ya llevamos tres o cuatro en la vecindad, me había comentado horas antes José Miguel, ex párroco de San Juan de Sahagún.

¿Dónde está tu hermano? Se preguntan los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social en su breve mensaje para la Fiesta del Corpus Christi de este año. ¿Qué haces con tu hermano?, preguntan los obispos ¿Y quién es mi hermano?, nos planteamos los bienpensantes y bienestantes que paseamos por las calles de esta bella ciudad de la apacibilidad de cuya vivienda gustamos. Los obispos provocan: son los miles de cristianos muertos violentamente por el solo hecho de ser cristianos; son tantos cristianos y no cristianos que, a pesar de la corrupción y de ls dificultades de la vida diaria, actúan con honestidad, trabajan por la justicia y se esfuerzan por atender a las necesidades más inmediatas de los empobrecidos, pero buscando a medio plazo la transformación de las estructuras sociales injustas; son los millones de hermanos nuestros que siguen sin acceso al trabajo, parados de larga duración, jóvenes sin un primer empleo, abocados a la emigración, mayores de 50 años, mujeres víctimas de discriminación laboral y salarial; los que se ven privados de vivienda por los desahucios; los miles de personas que, en nuestra propia tierra, son objeto de trata y explotación laboral, de prostitución, nueva esclavitud del siglo XXI.

¿Dónde encontrar la fuente de la solidaridad? ¿Qué es lo que puede movernos al "roce" y, consecuentemente, al cariño con los empobrecidos? El que más sepa, que más diga: una ideología política, una concepción filosófica sobre la humanidad, tal vez la entrega de Jesucristo con todas las consecuencias, actualizada cada año en su cuerpo (Corpus Christi), en la Eucaristía, para calentarnos el corazón y llevarnos "al roce"?