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A un tal Borrell, ministro, que lo fue de España allá por el año noventa y cuatro, se le metió en la cabeza un asunto. La de desterrar al toro más famoso del planeta, y por Real Decreto se enfrento "mano a mano" al pueblo llano, y este le infligió un duro castigo al ministro "catalano"; diciéndole que el toro tenia que ser indultado, que formaba parte del paisaje y de las rutas de nuestra geografía, que era el mejor distintivo cultural de este País, que formaba parte de nuestra historia, en no pocas piedras y blasones de nuestros pueblos y ciudades. -¡El toro se queda, dijo el pueblo -¡El parlamento razonó, y sus diputados en una gran mayoría, levanto el dedo pulgar, y no solo no lo envió a los oscuros corrales del olvido, sino que, este salio reforzado y se convirtió por derecho en patrimonio y catalogado como [Bien Nacional].

El columnista, - por razones obvias -; pues, rebasa con holgura los sesenta años que en breve cumplirá el negro "galán"- vio instalar unos y reparar otros de estos enormes bovinos, pues, en principio eran de madera, como esta se deterioraba, pasaron a ser de chapa, retirándoles el rotulo propagandístico y aumentándoles el trapío, casi el doble, para que estos fueran visibles, bien visibles en las lomas y cerros donde se ubican, mientras circulamos por nuestras carreteras. ?"(y no me dirán, que no echan un ojo a nuestro veterano y magnifico ejemplar)", testigo de no pocos chistes, y rocambolescas comparaciones que ha tenido que soportar, durante larga singladura de vida, este bravo de la pradera. El toro se ha extendido por el mundo, y ha sido también fuente de inspiración de artistas, diseñadores, publicistas, personajes de distintas artes escénicas y otras celebridades, que han basado muchas de sus obras en este animal de exclusiva belleza. Más de quinientos hubo instalados en su piel, hoy no quedan más que noventa, repartidos como ya digo, por todas las comunidades, siendo la de Andalucía, en donde se observan la mayor cantidad de estos indultados iconos, mudos testigos de esta historia de España. Un toro que se complementa en no pocos escudos y heráldicas de nuestras ciudades, y que ha sido incluido también dentro de nuestras banderas, cunado las hemos agitado ruidosamente y con efusivo frenesí ante acontecimientos deportivos de interés mundial. Sin embargo, en la que hoy se denomina, la "antitaurina" Cataluña hubo instalados cien ejemplares de Osborne, claro que también en esta misma comunidad y en su capital de Barcelona llegó a tener tres plazas de toros, siendo sin lugar a dudas, un referente taurino, histórico y cultural de prestigio. Pero hoy su refinamiento cosmopolita y sus prebostes políticos, prefieren tener como símbolo, al Burro o (Ruc catalán) antes que, al bello e indómito (Bruc catalán) o toro español.-¡Y, es que, estas nobles y buenas gentes siempre han sido muy suyos.-¡

Fermín González- comentarista Salamancartvaldia.-