La puñetera "centralidad del tablero"

Con la entrada en juego de nuevas opciones políticas, como Podemos y Ciudadanos (sobre todo la primera porque la segunda en realidad no es nueva), se ha reabierto un debate que ya se había dado hacía tiempo y que está trayendo muchos dolores de cabeza. Hablo del debate sobre la puñetera centralidad del tablero y su verdadero significado, el cual voy a tratar de explicar a continuación sobre 2 ideas principales:

1. No significa buscar el centro del espectro político (ya que no existe tal cosa).

2. No implica renunciar a ningún principio ideológico.

Bien, la centralidad del tablero está en la consecución de la toma del gobierno mediante la generación de poder hegemónico de una mayoría social. Analizando la situación actual se dan las condiciones perfectas para lograr ese objetivo, pero a la vez corriendo el riesgo de acabar peor de lo que ya estamos, ya que es algo que se puede hacer tanto por la izquierda como por la derecha.

Desde el surgimiento del 15-M nos encontramos en un proceso deconstituyente del status quo actual, con los principales partidos políticos garantes del mismo en un gran retroceso de apoyo, en su mayoría debido a las altas cuotas de corrupción que tienen. Tampoco pensemos que ya está todo hecho, pecaríamos de ingenuos y no tendríamos perdón. La capacidad de regeneración del poder es asombrosa y herramientas no le faltan: control de los principales medios de comunicación, capital, mucho capital, más capital y otra, que es la estirpe: un hijo listo para ocupar el puesto.

Ese hijo se llama Ciudadanos, una formación política aparentemente nueva (tiene 9 años ya), de aires modernos (en contra de los de su padre "carca y conservador"), con un nombre guay y recurrente, pero en el fondo con las mismas ideas y programa que su "papá", surgido del ala más neoliberal del mismo, la Fundación FAES de Aznar y apoyado por los grandes y mafiosos empresarios.

De lo que se trata es de romper los esquemas, de salirse de los moldes y espacios donde ellos nos han ubicado y donde una buena parte de nosotros se ha sentido muy cómodo haciendo el papel de minoría, sabiendo que tienes un sillón y sueldo asegurado. El poder está muy tranquilo así y le importa un carajo cómo te definas y qué ideas tengas, nos quiere ver divididos. El poder teme que los y las de abajo nos unamos para defender nuestros derechos. Unámonos y derribemos su Régimen. ¡Qué el miedo cambie de bando!