#Religa2

El "jásta" no tuvo mucho éxito, pero la realidad es que estuvo bien. El experimento ha partido del foro EntreParéntesis en colaboración con el Máster de Comunicación, Cultura y Ciudadanía Digitales de la Universidad Rey Juan Carlos. El objetivo: favorecer un mejor conocimiento entre periodistas y teóricos de la comunicación y personas relevantes del ámbito religioso. Y el lugar para vernos y oírnos fue el MediaLab Prado, un centro cultural del Ayuntamiento de Madrid que funciona como un laboratorio ciudadano de producción, investigación y difusión de proyectos culturales. El sitio es muy moderno y alternativo con el fin de estimular a los que allí entran a que exploren las formas de experimentación y aprendizaje colaborativo que han surgido de las redes digitales. O algo parecido dicen los de la cosa municipal en su web. A mí me pareció original. Para que se me hagan una idea: escaleras pintadas de subrayador amarillo, techos altos, pocas paredes, para sentarse igual vale una silla de plástico que una caja de madera y aunque hay wifi el edificio está bien surtido de enchufes. De colores, claro. Todo muy de diseño y aparentemente funcional.

Les suelto todo este rollo del edificio municipal ubicado junto al CaixaForum, en la paralela al Paseo del Prado, porque resulta que desde que se inaugurara la sede, en el año 2007, no se había organizado en él ni un solo acto relacionado con la religión. Ni uno. En serio. Como si no existiera. Y esto a mí, qué quieren que les diga, me hace pensar que la cultura digital y municipal no son reflejo de la vida real. Más que nada porque no quiero ni pensar que el hecho religioso huya de la esfera pública. Y menos aún de los ámbitos de la razón, la ciencia, el pensamiento y el diálogo.

Bueno, pues allí que me invitaron y allí que me presenté. Era la primera de las tres sesiones que se engloban bajo el epígrafe resumido en el "jastá": Religados 2.0. El hecho religioso en la esfera digital. El tema central era el caso del Papa Francisco y su cuenta de twitter. El creador de su perfil, Gustavo Entrala, andaba por Chile y participó a través de un vídeo. Lástima que no pudiera asistir de cuerpo presente. Muchos de los asistentes querrían habérselo echado a la "face" para hablarles de sus "books". Y es que en el diálogo propuesto por los jesuitas de EntreParéntesis había muchos periodistas y escritores digitales de la cosa religiosa. Y a pesar de que ya nos conocemos todos ?o precisamente por eso- nadie perdió la ocasión de hablar de sus libros.

Durante dos horas estuve escuchando respuestas con la boca cerrada. Habló una concejala socialista, también una chica que se dedicaba al "couching", una venezolana que trabajaba en el mundo de la salud y un surtido de colegas que se citaban a sí mismos y pontificaban sobre la religión y lo digital en ausencia del de @pontifex. No abrí la boca.

Al final de la sesión agradecí la invitación y me disculpé con los organizadores por mi silencio: "Lo siento, pero sobre este asunto sólo tengo preguntas y aquí no dejaban de dar respuestas. Y ninguna me apaña". El jesuita que corta el bacalao me sonrió desde lo más profundo y con un fuerte abrazo me agradeció de corazón mi presencia. Y mi silencio.