Los “detalles” en la movilidad sostenible del PP de Salamanca

Llevamos cerca de un año inmersos en un corolario de pequeñas, y no tan pequeñas, obras repartidas por la ciudad. Algunas de ellas pretenden demostrar que el Partido Popular, gobernante desde hace 20 años en nuestro Ayuntamiento, por fin se ha creído eso de la movilidad sostenible y la apuesta por el transporte público y la bicicleta. Es cierto que el cambio es notable respecto al anterior alcalde, que se resistió a caminar por esta senda. Pero en realidad seguimos inmersos en una política de apariencias.

Estos días se está "mejorando" la seguridad vial en la Avenida de Portugal, en especial en el tramo que se inicia en el Paseo de la Estación, que básicamente consiste en eliminar pasos de peatones. Las Memorias anuales de la Policía Local, que por fin han dejado de ser secreto de estado, insisten desde hace años en señalar a esa calle como una de las más peligrosas de la ciudad.

La última reforma realizada en la misma (con la tradicional excepción del secularmente abandonado tramo entre Torres Villarroel y la Avenida de Villamayor) fue bastante acertada, salvo por "detalles". Lo más importante fue la proliferación de pasos de peatones razonablemente ejecutados. Los detalles están en la necesidad de garantizar al máximo la seguridad de los viandantes en esos pasos, dado que la mayoría de atropellos se producen precisamente ahí. La fórmula más eficaz aparte de los semáforos, y aceptada por Ayuntamientos de todos los colores, es elevar en ese punto la calzada a la altura de la acera para obligar así a bajar la velocidad de los vehículos a 20-30 km/h., eliminando así su posible invisibilidad para el conductor. Si a eso se suma una iluminación específica, aparte de una señalización realmente llamativa, la peligrosidad se reduce drásticamente. Insistir que la velocidad es clave, de ahí la demanda de que la velocidad máxima en la ciudad sea de 30 km/h., con algunas excepciones.

Pues este Ayuntamiento, siempre tan dispuesto a trabajar para la mayoría (el 60% de los viajes en la ciudad se realizan caminando), decide que lo mejor es eliminar pasos de peatones, algunos tan importantes como el situado a la puerta de un supermercado. Cualquiera que los utilice, es la forma mayoritaria de abastecerse de los productos alimenticios que inevitablemente necesitamos (aunque parece que algunos no comen a la vista de cómo toman decisiones), se habrá fijado en el intenso flujo peatonal que atraen en su entorno durante las casi 12 horas al día en el que suelen estar abiertos. Garantizar un paso de peatones seguro y útil para los viandantes, cuando suele ser inevitable para muchos tener que cruzar una calzada, parece necesario. Para este Ayuntamiento no, si es preciso llenan las aceras de vallas, que proliferan con facilidad últimamente. Este problema ocurre en más lugares de la ciudad, como por ejemplo en el supermercado situado en el Teso de la Feria respecto a la Avenida de Saavedra y Fajardo.

Esa imagen de apuesta por la movilidad sostenible también se desmorona si observamos el magnífico carril bici que circunvala el nuevo parque junto al Puente Rodríguez Fabrés en Salas Bajas, que parte de ningún sitio para lleva a ninguna parte. O las incomodas paradas de autobús que últimamente nos colocan, que desmienten las apuestas por la accesibilidad. En definitiva, prestando una atención especial a los detalles, vemos cómo seguimos en la política de las apariencias y, desde luego, sin contar con la gente para nada.