Culottes, ¿los amas o los odias?

A caballo entre los palazzo y los capri, los culottes son ese tipo de pantalones que odias o que te encantan. No existe un término medio, pues son de esas prendas que no dejan indiferente a nadie. Tienen una estructura poco convencional, lo cual puede causar un completo rechazo por parte de unos, aunque el efecto contrario por parte de otros: los necesitas en tu armario cuanto antes.

Los culottes en un principio fueron utilizados por los caballeros del siglo XVIII, especialmente en Francia. Por eso, a los revolucionarios se les llamaba Sans Culottes, pues eran hombres que vestían una indumentaria mucho menos elegante.

Sin duda, la diseñadora que puso de moda esta pieza fue Elsa Schiaparelli. De origen italiano y perteneciente a la nobleza, siempre estaba rodeada de artistas pertenecientes a las corrientes del Cubismo y del Surrealismo. Todas sus creaciones estaban empapadas de creatividad e innovación, lo cual se tradujo en un estilo totalmente revolucionario. En la década de los años 30 surgieron los culottes. Ideados con un fin práctico, este tipo de pantalón era vestido por las mujeres que montaban a caballo y querían ir cómodas, pero sin perder su esencia femenina, gracias a su aspecto parecido a una falda.

Como la moda es cíclica, la primavera pasada volvió a pisar fuerte este tipo de pantalones y esta temporada, repiten. Recuerdan a las faldas midi por el largo, pero aportan un extra de originalidad. Aunque no ensalzan el canon de belleza que existe en la actualidad, no quiere decir que no sean válidos; es más, ofrecen un toque de lo más singular. Además pueden llegar a ser muy versátiles: combinados con unas deportivas blancas clásicas, si se trata de una opción más sport; o, con unos zapatos de salón y una blusa vaporosa, si es una ocasión más formal.

Chanel ha sido una de las marcas que ha apostado por esta tendencia. Karl Lagerfeld, director creativo de la casa, quiso gritar a los cuatro vientos que defiende los culottes, entre otras prendas, a través de un desfile convertido en una verdadera manifestación feminista.

En el punto medio no se encontrará la virtud: provocarán amor u odio. Sin embargo, si quieres enseñar los tobillos es la opción más diferente y estilosa para esta temporada.