Con la mochila a cuestas

Todos los días tengo una mochila preparada y una riñonera con cosas médicas de emergencia. Siempre preparado para la aventura. Puede parecer una filosofía infantil o intentaré transmitirle a mis hijas la idea de no rendirse a la hora de perseguir los sueños y hacer de la vida de cada día una novedad y un cuento de hadas con final feliz. Ya desde los scout de los que era monitor aprendí lo de "siempre listos", por si alguien nos necesitaba.

He empleado la mochila y la riñonera en Marruecos, en Perú, la India, Grecia, Italia, Francia, Nueva York, Portugal, Hungría, República Checa, Egipto, Cuba, Austria, Alemania, Holanda, República Dominicana, Méjico, Croacia, Bosnia, Jordania y en mi casa de Cabrerizos.

Quizá la mayoría en un lenguaje adolescente me dirán que soy un flipao. Los que van de progres intelectualoides me dirán que imito los cuentos Disney que no tienen nada que ver con la realidad de la mayoría de las personas.

Pues a mí me gustan las historias con héroes y finales felices, pero al alcance de todos, no sólo de los guapos y de los ricos, o de las personas que viven en una burbuja protegiéndose del mundo mundial. Me gustan las historias accesibles para los diferentes, inclusivas sin depender del aspecto o las capacidades que sólo dependen de la genética.

Mi mujer ve el otro lado, el de decir que nunca me falta adrenalina pero cuando se necesita una aspirina no está. No creo estar fuera de la realidad por el trabajo al que dedico mis esfuerzos, pero sigo pensando que se necesitan buenos referentes, no puede ser que sólo se realce el lado oscuro de la vida.

Necesitamos creer que podemos aportar nuestra parte para dejar el mundo un poco mejor de lo que lo hemos encontrado.

Estoy en el punto en el que se puede hacer un gran viaje sin moverse del sitio, cada día tenemos oportunidades de hacer algo distinto y sobre todo en las batallas que uno tiene consigo mismo para mejorar y aprender a querer a los que tiene más cerca.

El tener la mochila preparada para cualquier sorpresa de la naturaleza, desde el pequeño catalejo para no perderse el plumaje de una nueva especie de ave, como una nueva planta o que tu hija se ha hecho una pequeña herida. Yo creo que es un planteamiento primitivo, de las tribus indias, de los bereberes y de los que son héroes a la fuerza porque no se les ha permitido otra opción.