Siete meses atrás

Última semana de agosto ... Decía F:

Me pregunto si dentro de los 267 bien pagados asesores que tiene el Presidente del des-Gobierno, no hay siquiera uno que le redacte sus discursos, de manera que no se repita en sus contenidos.

Me refiero al Discurso que ha dado a sus acólitos y paisanos con ocasión de la inauguración del nuevo curso político en la fortaleza de Soutomaior (Pontevedra), donde, de nuevo ha vuelto a soltar por su boca las mismas falacias de siempre, pero esta vez, además, de forma más triunfalista que nunca al afirmar, destacando el trabajo del ejecutivo que: «No hablamos de brotes verdes, aquí hablamos de raíces vigorosas», refiriéndose a la recuperación económica y al afianzamiento del empleo, ¿o ha querido decir del desempleo?.

Los brotes verdes no los vimos en ningún momento, por eso creo que ahora habla de raíces vigorosas, para justificar en un futuro que el fruto no ha salido a la luz por falta de algún elemento macroeconómico que su gobierno no ha podido controlar por el vaivén de los mercados. Vamos que, ni lo uno ni lo otro, no veremos nada porque no hay nada que ver, porque la semilla para la recuperación no ha sido plantada ni en el momento ni de la forma adecuada. Tanto ha sido el recorte, que han dejado la tierra improductiva.

¿Cómo puede ser tan ruin este mequetrefe, cuando hace unos días tras la visita de su institutriz Merkel, se ha comprometido a llevar a cabo nuevos recortes? ¿cómo puede seguir engañando y generar esperanzas inciertas?. La respuesta de todos los que no estamos abducidos por su estupidez, ya la sabemos, los votos de las próximas elecciones municipales.

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Sí... hasta final de año no podemos más que esperar nuevas medidas legislativas por la vía de la urgencia, es decir, sin debate en el Congreso de los Diputados, solamente de ratificación de la fórmula tan habitual a la que nos tienen acostumbrados de los Reales Decretos Leyes; e iniciado el nuevo año, alguna bajada de los tipos impositivos del IRPF o de cualquier otro impuesto que se encargará de recaudar por otro lado para no mermar las arcas públicas. Alguna medida también coyuntural que incida sobre el empleo... y todo esto aderezado, no sabemos si lo en lo que queda de año o en el próximo, de otro atentando contra la democracia con la nueva forma de elección de las alcaldías para blindar las suyas.

En fin, un nuevo curso político con los mismos ingredientes de siempre, prometo y luego no cumplo, quito de aquí, pongo allá, un doble lenguaje y los españoles tontos me vuelven a votar.

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Pues ya sabemos lo que tenemos y a los que nos enfrentamos, a un necio recalcitrante. Ojalá no demos por cumplidas sus palabras también, durante el discurso del nuevo curso donde, con la falsedad que le caracteriza, también ha agradecido la ejemplar conducta de los españoles silenciosos que han entendido las decisiones que ha tenido que adoptar para alcanzar la recuperación económica, según él, más de los que nos pensamos. Ojalá que esos españoles que han estado en silencio no hayan sido tan estúpidos como él de creerse sus propias mentiras, y que le paguen en las próximas elecciones como le tienen que pagar. Es decir, con la misma moneda del desprecio que ha tenido hacia los ciudadanos, hasta el punto de hipotecarnos de por vida con deuda exterior.

Última semana de marzo; primer batacazo electoral, en Andalucía... y en el horizonte se ven tormentas judiciales...