Cada uno a sus labores

Sí, dilectos lectores, me he convertido por obra y gracia de estas columnas en la papelera de reciclaje de todos mis cercanos y muy queridos, que no dudan en darme ideas para mis escritos subversivos. Como si la realidad le fallara a uno, por ello heme aquí escuchando a la heavy de mi hermana, quien afirma muy aseverativa ella que los huesos para el caldo y que eso de buscar a Cervantes es una chorrada como una casa. Total, para descubrir que el hombre estaba hecho un asco no hace falta tanta excavación. Eso de la sopa histórica debe tener mucha fibra, por eso me inclino hacia mi chico ?para eso y para algo más- quien elucubra sobre la necesidad de enviar a Túnez psicólogos de cabecera para atender a las víctimas de los atentados ¿Verdaderamente hace falta un psicólogo en casos de tragedias colectivas? ¿Por qué no extrapolar la medida a las víctimas de desahucios y despidos masivos? ¿No es igual de trágica la pérdida del trabajo, de la dignidad, de la casa? Y es que con esto de las elecciones, de la recuperación y hasta de la primavera nos olvidamos de que hay gente que sigue sin tener lo básico. Qué volátil e inconstante es la actualidad, ya no nos acordamos del ébola, ni de los niños cuyos padres no pueden ni pagar una merienda decente. Se impone lo nuevo y las elecciones andaluzas, esas que el sábado me dieron el susto del siglo porque ahí estaba yo en la cocina, trasteando con la cafetera cuando la radio nos informó de las actividades lúdico-festivas de los principales candidatos en jornada de reflexión. Todo muy familiar, deportivo y ameno hasta que llegaron a la cabeza de cartel socialista y les juro que casi abro el horno y meto la idem dentro? Susana Díaz había dedicado la jornada a labores domésticas en su casa. Para vomitar y no parar.

Si ese es el tratamiento que se da a una candidata mujer es que no hemos avanzado nada. Es lo mismo que aquellos que buscan que Cifuentes y Aguirre se agarren de las mechas y discutan por quien da mejor en la foto. Nada, que el tratamiento a las divas de la política no difiere mucho del que se otorga a Letizia de España, a la que radiografían hasta la raya del pelo y de la que nada dicen acerca de su esfuerzo por pronunciar un discurso coherente. Lo tenemos crudo las chicas, menos mal que en mi casa, eso andar de florero es ciencia ficción y nunca hemos hecho otra cosa que trabajar como leonas. La primera, la de la sopa histórica, capaz de sobreponerse a la fibromialgia y todo a lo que se le ponga por delante para sacar adelante su casa sin perder ese humor ya no negro, sino lo siguiente, que se gasta mi hermana. A esta la pones en lugar de Vanufakis y no hace falta que le hagan un montaje con el dedito, la peineta completita? y eso de irse a hacer labores domésticas nada de nada, que la casa es cosa del autónomo de su marido que ahora curra menos horas que ella. Todo en el fondo es una cuestión de matemáticas, o de psicología un poco barata, esa que manda el ministerio de los exteriores pero que no se atreven a recetar cuando uno no sale de vacaciones porque no le da ni para pagar la luz. Ahí sí que no hace falta un psicólogo, amor mío, lo que hace falta es una revolución, pero eso está claro, sin poses ni discursos apocalípticos. Queroseno.