¿Cuándo empieza la Semana Santa?

Para los niños de mi generación la Semana Santa comenzaba el Domingo de Ramos con la procesión de La Borriquilla, día de estrenar el hábito de cofrade y acompañar al entrañable grupo de Olot representativo de la Entrada de Jesús en Jerusalén, con el laurel bendecido en la Misa de la mañana y la ilusión intacta. Para las generaciones de mis padres y abuelos, arrancaba con la procesión de la Dolorosa de la Vera Cruz, la de las Siete Espadas, que en el Viernes Santo tendría su lugar en el duelo de la ciudad por la Muerte de Cristo, pero el viernes anterior ya iba acaparando miradas en la celebración de su fiesta, culminada con un desfile por las calles como pórtico de la Semana Santa. No en vano, esta procesión mariana, surgida en 1909, es la cuarta de origen más antiguo de cuantas salen hoy en la Pasión salmantina, tras las del Santo Entierro (1615), la Resurrección (1616) y la Soledad (1905). Tras varias décadas perdida, se recuperó en forma de Vía Matris popular hace once años, por lo que, para los niños salmantinos de hoy, la Semana Santa vuelve a arrancar en la Vera Cruz con La Dolorosa y a culminar en el mismo lugar, epicentro de procesiones, con el Resucitado, diez días más tarde.

Sin embargo, si uno consulta la cargada agenda de Cuaresma, que casi nada tiene de purificador desierto, comprobará que no pocas de las imágenes anunciadas en los programas de procesiones semanasanteras ya habrán visitado las calles en diferentes cultos programados por sus cofradías. Algunos de carácter ordinario, que suelen ser vía crucis, generalmente de corta trayectoria aún. Otros, con motivo de aniversarios, que siempre hay alguno, y una salida extraordinaria siempre se contempla como posible acto conmemorativo (en esta ocasión, la del Cristo Yacente de la Misericordia). Cuatro imágenes requieren ser trasladadas al templo del que parte su desfile penitencial, que no coincide con el del culto diario el resto del año. Como novedad, la Hermandad de Jesús Amigo de los Niños incorpora a su vía crucis procesional el Cristo de la Paz de la parroquia de San Sebastián, con efímero pasado en nuestra Semana Santa. Además, una imagen todavía desconocida también se moverá antes de su momento tradicional, reclamada como elemento decorativo en el escenario del Teatro Liceo para la gran cita del Pregón de Semana Santa, relanzado en los últimos años.

En definitiva, al llegar la hora de coger sitio cerca de la Vera Cruz para esperar el Vía Matris, o de ir al encuentro de La Borriquilla si queremos ver hábitos penitenciales, es muy posible que hayamos visto ya alguno durante la Cuaresma, que hayamos escuchado marchas detrás de pasos, o que hayamos acudido a "via crucis populares" con itinerarios más largos que los de algunas procesiones. En una ciudad como Salamanca que todavía no saca en procesión a sus santos patronos y que ha dejado dormir devociones históricas, merece una reflexión esta proliferación de procesiones cuaresmales, que en su planteamiento y desarrollo debieran evitar ser un sucedáneo de las previstas para Semana Santa, una de cuyas características es la singularidad de ser convocadas para un día y hora determinados, que muchos esperamos poniendo en combate el anhelo y la paciencia. Ni la estética del cortejo, ni los acompañamientos musicales, ni el recorrido, pueden llevar a confusión. Perderían su esencia y su diferenciación los necesarios cultos preparatorios de la Cuaresma y los actos de Semana Santa, que a menudo queremos que empiece antes de tiempo. Porque no, no todo el año es Semana Santa? a Dios gracias.