Automoción limpia y barata

Parece que Nicola TESLA fue un verdadero genio, incomprendido, marginado e incluso censurado, que no pudo disfrutar de la gloria de sus inventos, algunos de los cuales, para mayor mortificación, le fueron robados por otros científicos que los patentaron antes y pasaron a la historia como descubridores de lo que TESLA ya había descubierto antes. Es el caso, por ejemplo, de la electricidad o de la transmisión inalámbrica de ondas de radio.

A tal desdicha, junto con la ambición poco escrupulosa de sus competidores, parece que no fue ajeno su carácter excéntrico ni su temeridad enunciativa, que anunciaba como reales e inminentes posibilidades inverosímiles en su época.

Tal vez en histórico desagravio y como rehabilitación de su memoria, un visionario económico contemporáneo, Elon MUSK ?cofundador de PayPal- ha querido poner el nombre de TESLA a su empresa de automoción: TESLA MOTORS.

Pues bien, TESLA MOTORS, que se dedica al diseño y fabricación de automóviles eléctricos ?además de a la investigación en automoción- ha logrado fabricar y poner a la venta ?y vender, por cierto- varios modelos de vehículos eléctricos.

Al parecer cualquiera de ellos da al traste con los prejuicios que venimos teniendo al respecto: poca autonomía, ínfimas prestaciones, escaso confort, mínima versatilidad?

Sin embargo, el TESLA MODEL S es un auténtico cochazo: capaz de alcanzar velocidades de 200 km/h y de acelerar de 0 a 100 en 4 segundos, tiene una autonomía de 500 kilómetros con una sola recarga, que se completa en solo 6 horas al 100% y puede recargar en viaje en apenas 1 hora, aunque solo al 60% de su capacidad. Las inminentes baterías de grafeno (MUSK ya ha creado una superfactoría para fabricar en serie enormes cantidades de ese tipo de baterías para hacerlas asequibles a los consumidores) revolucionarán ?otra vez- el mercado de las recargas de aparataje y, por supuesto, el de las baterías de automoción eléctrica.

Por si fuera poco, las prestaciones que el TESLA MODEL S ofrece en cuanto a confortabilidad, manejabilidad, capacidad de carga y seguridad son superiores a las que proporciona cualquier vehículo de gama alta.

El futuro ya está ahí. Es inevitable. Las energías fósiles petroquímicas no resisten la menor comparación con la energía eléctrica: más barata, limpia, ecológica, renovable, segura ?

Y siendo esto así, y estando ya inventado y diseñado el vehículo ideal (el TESLA consume 218 Wh/Km que es el equivalente a 2,1 l/100Km) y hallándose disponible en el mercado por un precio razonable (55.000 ?uros), lo que uno no alcanza a comprender es por qué no sale por la tele con la frecuencia y preeminencia que merece y ?todavía más raro- por qué no se han empezado ya a instalar postes de recarga eléctrica en todos los puntos de repostaje y en los aparcamientos de las ciudades.

Porque si por la televisión pública sale que María nosequé va a cantar la copla nosecomosetitula en nosedonde representando a España ?y sale porque tiene transcendencia, sin duda- y sale también ?porque es de igual modo transcendente a su manera- que el babuino rosa del zoo de nosequé ciudad de China ha aprendido a hurgarse la nariz en cautiverio, me escama que no salga lo del coche eléctrico, que se me antoja a mí tan pertinente y preeminente, por lo menos, como el bicho y el festival.

Y uno ?que es malpensado por profesión- da en imaginar si no estarán contribuyendo a ocultar la novedad esos intereses espurios de las petroleras, que a través de la compra de acciones acaban por mandar bastante en los consejos de administración de los medios.

Y entonces, por la coincidencia patronímica, se me ocurre que con esto de la automoción eléctrica estamos haciendo hogaño lo que ya hicieron antaño con los inventos de Nikola TESLA: cercenar a base de vil metal los retoños del progreso.

Homo homini lupus. ¡Y siempre igual!