Mujer Real. 8/marzo día de la mujer trabajadora

Con el tiempo, ella se sabía una mujer poco agraciada, pero se consideraba la mejor, la más lista y la más trabajadora, vendiéndose muy bien como una persona seria, rigurosa, estudiosa y bien formada. Ciertamente no era tonta, pero su engreimiento, su prepotencia y su ansia por ser mejor hacía que resultase desagradable y que se observase como una mindudilla con ínfulas de lo que no era.

En su vida todo se convirtió en un "casi, pero no" que, en otro caso, no hubiera supuesto más que un acicate para buscar otras alternativas pero, junto con los fracasos personales y de otra índole, le hacían una amargada, engreída, que creía merecerlo todo y no llegaba a ello.

En casa, destrozó su matrimonio, con los amigos traicionó a unos y otras, en el trabajo no pasó de la medianía y en la familia enfrentó a los hermanos, pues ella valía más que los demás, exigía en función de esa apreciación por ella evaluada y, queriendo ser una novedad, sólida, rigurosa y que aportaría aire nuevo a los que la rodeaban, se convirtió en la misma ponzoña que criticaba, en la misma basura que desdeñaba y una cruel atormentada que se sentía fracasada, por más que pretendiese sacar la cabeza.

Cuando, con el tiempo, quiso darse cuenta de en qué se había convertido, el daño era muy grande, pues la gente que la quería y la había apoyado se había apartado de ella, los que la alzaron, para usarla, ya no la precisaban, aquellos que decían ser sus amigos, cuando no les aportaba lo que urgían, la menospreciaron y la familia, a la que tanto había dañado, ya no existía, unos habían muerto, algunos se hacían los muertos y otros, con sangre en las lágrimas por el dolor generado, preferían no saber nada de ella. Y, así, poco a poco, se convirtió en una vieja, sola, afligida, apartada del resto, sin futuro, sin presente y con un pasado que mejor haber olvidado.

El día 8 de marzo, hemos vuelto a celebrar el día de la mujer trabajadora, pero de aquella que se sabe normal, que es dulce, cariñosa, inteligente o tonta, pero que es amiga de sus amigos, esposa de su esposo, hermana de sus hermanos, hija de sus padres, que lucha por progresar sin necesidad de apuñalar, que no se engríe, que no se ensalza, que lucha, trabaja, es igual o mejor que cualquier hombre, pero además es buena gente y, con la piel quemada por la vida, sonríe y crece haciendo crecer y no de las amargadas que sólo buscan dar la vuelta a la tortilla de la vida o convertirse en el verdugo que ellas critican, no por ruin, sino porque es el modelo al que no llega. El día de la mujer, no de la hembra que quiere ser el varón despreciable que las ancla en el pasado, sino de aquella que es igual que el hombre, que puede lo mismo que él, que tiene el mismo contenido que aquel, aún envasado en un continente mucho más bonito, y que tiene derecho a la igualdad de oportunidades.

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