Paris Fashion Week AW 2015-2016: Chanel

París es la ciudad del amor; es la Torre Eiffel y los Campos Elíseos; París es Audrey Tautou bajo el personaje de Amélie Poulain; París es belleza en todo su esplendor. Y, sin lugar a dudas, París es la cuna de la moda, es la ciudad de donde emana el gusto por las elocuentes creaciones. Se suele decir que lo mejor se deja para el final, y eso mismo ocurre con las fashion weeks: la semana de la moda de París cierra el calendario de las colecciones para el próximo otoño-invierno 2015-2016.

Después de las dos ultimas colecciones recreadas en el Chanel Shopping Center y en la manifestación feminista, Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel, ha querido trasladar a todos sus invitados a un auténtico espacio para tomar el brunch. Apelando al verdadero nombre de la creadora de la firma, Brasserie Gabrielle ha convertido el Grand Palais de la capital francesa en el lugar perfecto para desayunar decenas de looks repletos de la histórica doble c. El desfile ha sido abierto por la musa de la marca, Cara Delevingne, y, tras ella, han paseado el resto de modelos, que se detenían ante la barra del apetecible restaurante para ser atendidas por elegantes camareros.

Como era de esperar, el tejido que ha llenado muchos de los vestidos ha sido el clásico tweed. Esta vez, la novedad se ha encontrado en el juego de mezclas, combinándolo en una misma prenda con acabados acolchados. Asimismo, los jerséis de punto de cuello vuelto han sido otra de las apuestas de la firma francesa, aportando el toque más desenfadado de los estilismos.

Blanco y negro ha sido el binomio de colores más utilizado por el Káiser, tanto en zapatos y bolsos como en ropa. Además, algunas de las propuestas han sido en total black, recordando así lo que un día Coco Chanel, a principios del siglo pasado, creó: la revolución la estética femenina a través del negro, un color entonces reservado para el servicio, y que supo trasladar por primera vez a mujeres adineradas. No obstante, el rosa pastel combinado con gris en un traje de chaqueta y falda, así como diferentes tipos de azul en un abrigo jaspeado han sido otras de las tonalidades.

Sin duda, los protagonistas del desfile han sido los accesorios, que una vez más no han dejado indiferente a nadie. Con tintes de tradición histórica de la marca, los mini bolsos han sido diseñados en diferentes versiones: el clásico Chanel Boy Bag en blanco y negro, la cartera de mano y el bolso rígido estampado con el emblemático número de la firma, el cinco, son algunos de ellos. Como no podía ser menos, la bisutería también ha tenido su momento en pequeños detalles como collares o cinturones de monedas. Las pajaritas negras han aportado el toque más dual: masculinidad y feminidad en un mismo estilo. Por supuesto, no hay que olvidar las clásicas bailarinas de puntera negra, esta vez reinventadas a través de la apertura en el talón. El pelo ha sido adornado con cintas y los maquillajes muy intensos; concretamente los ojos, ahumados en negro.

Comodidad y versatilidad se unen para dar paso a una colección de lo más deliciosa y que nunca olvida su origen: una marca con una historia llena de primeras veces.