¿Privatizar es más barato?

El pasado sábado apuntaba el futuro maravilloso y deslumbrante que anuncia la privatización del ferrocarril español. Aunque puede caer en manos de alguna empresa pública extranjera, es mejor dejar a otros Estados sectores estratégicos para que ellos decidan, como piensan los patriotas españoles. Pues hace poco apareció un estudio de varias Universidades británicas sobre la privatización de sus ferrocarriles, brillante idea de la ultraneoliberal Margaret Tacher, analizando sus consecuencias y la situación actual. Y no concluye nada beneficioso para abandonar la gestión pública.

La privatización se basó en la supuesta ineficiencia de lo público, a pesar de que el problema real era la falta de inversiones. La mala gestión es una decisión política, que responde al interés de privatizar lo público, como vemos en España con frecuencia. Curiosamente la eficiencia lograda con la gestión pública del ferrocarril británico, por encima del resto de ferrocarriles europeos, se perdió con la privatización. Se prometió un servicio mejor y más barato para los usuarios y con menos subvenciones públicas, las empresas privadas aportarían capital y experiencia para mejorar el sector.

20 años después el ferrocarril privatizado requiere miles de millones de libras anuales de subvención de dinero público, que nutren los beneficios de unas empresas privadas que no han contribuido con la inversión adecuada en infraestructura ni trenes, aumentando así su antigüedad media. Dice el estudio que "las franquicias de las operadoras maximizan beneficios reduciendo riesgos, que pasan al estado". Y, vaya, también las tarifas crecieron considerablemente, de las más caras de Europa.

Las operadoras tienen beneficios por subvenciones directas al servicio, e indirectas por la financiación pública de la infraestructura con 4.000 millones de libras anuales. Así son supuestamente rentables. Y sumemos 30.000 millones de garantías de deuda acumuladas en los balances de Network Rail, la entidad pública que garantiza todo el tinglado, que gasta más en pagar intereses que en mantenimiento.

Las franquicias funcionan como "contratos depredadores", pueden obtener beneficios fáciles al principio y luego retirarse para no pagar las primas. Como hizo Continental Auto (de ALSA, a quien Fomento ha concedido licencia ferroviaria en España) que en 2009 abandonó la gestión de la "East Coast Main Line", de Londres a Edimburgo, para no devolver más de 1.600 millones de euros. La línea y los costes tuvieron que ser asumidos por el estado. Y las empresas de alquiler de material recibieron, casi a mitad de precio, 11.250 trenes adquirido por el ferrocarril público, garantizando el gobierno el 80% de los ingresos previstos si un operador dejara el alquiler. Negocios redondos.

Este es el futuro que preparan en España los Populares "amantes de la gestión pública", copiando el fracasado modelo británico. Bueno, en realidad una caricatura de un esperpento, porque las recomendaciones del informe van en sentido contrario:

• Abolir las Operadoras, al obtener beneficios artificiales sin apenas contribuir.
• Integrar infraestructura y transporte en un "National Rail" público.
• Eliminar las empresas de alquiler de material, recuperando este.
• Reducir tarifas y socializar el incremento de beneficios de las empresas privadas.

Cambiando totalmente de tema, cuando se van a dar explicaciones sobre el borrado de una inscripción en el puente Enrique Esteban que denunciaba Ignacio Francia hace unos días. Y qué pasa con el reloj de la Catedral, averiado hace mucho más de un mes. Para quien quiera cambiar las cosas, recuerdo que Ganemos Salamanca está de Primarias, las votaciones abiertas son del 9 al 15 de Marzo. Buen momento para recuperar la política.