reconocimiento

"No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas" Mary Wollstonecraft (1759 ? 1797)

Ante la proximidad del 8 de marzo, creo que es de obligado cumplimiento recordar y reconocer la deuda que tenemos la sociedad con esas mujeres pioneras que lucharon por reclamar nuestros derechos políticos, civiles y económicos. Mujeres que rompieron barreras y superaron miles de obstáculos, algunos hoy día existentes, aunque se ha avanzado mucho y se han dado pasos muy importantes a favor de la igualdad, especialmente con los gobiernos socialistas. También quiero reconocer el trabajo de personas y colectivos, que en la actualidad, siguen luchando a favor de los derechos e igualdad de oportunidades de las mujeres en nuestra provincia a pesar de las dificultades.

Hay mucha gente que piensa que el 8 de marzo es una fiesta solo para feministas radicales que odian a los hombres tratando de desbancarlos del poder, entre otras maldades y, nada mas lejos de la realidad. Cuesta trabajo y da pereza seguir explicando en estos tiempos, que el fin del feminismo es conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres, decir lo contrario es atacar y desprestigiar el movimiento feminista con premeditación y alevosía, además de no entender la verdadera dimensión de la democracia que no es otra que garantizar a los ciudadanos la igualdad de derechos y participación entre hombres y mujeres. Los tiempos han cambiados y hay muchas formas de lucha. Algunas mujeres y hombres que han crecido en una "supuesta" igualdad rechazan y les cuesta identificarse con el feminismo, en muchos casos por desconocimiento y en otros por estereotipos interesados que se han creado en su entorno, de todas formas, bienvenidas también estas personas que están luchando por la igualdad en diferentes espacios y piensan en perspectiva feminista aunque digan que no son feministas.

Hay mucho que reivindicar el 8 de marzo, con el pretexto de la crisis estamos retrocediendo de lo conquistado. El gobierno del partido popular está aprovechando la educación para hacer reformas que nos recuerdan los tiempos de la dictadura. Se han eliminando asignaturas como la educación para la ciudadanía en la que estaba incluida la igualdad como conducta, también se potencia la segregación sexista y la formación religiosa en las aulas en vez de romper etiquetas sexista y enseñar a compartir tareas y educar en igualdad.

Está claro que existen tiempos y oportunidades diferentes en la vida de hombres y mujeres. Para compartir la igualdad en el espacio laboral y social con los hombres es necesario tener en cuenta la desigualdad de dedicación en la esfera doméstica. En el mercado laboral continúan las discriminaciones y desventajas, con problemas en el acceso al trabajo y sueldos inferiores. En el área rural las mujeres ocupan un lugar esencial y aportan un trabajo que sigue sin ser reconocido y remunerado. El deporte es un ejemplo de invisibilidad de los logros alcanzados por las mujeres. La universidad el templo de la "intelectualidad" sigue discriminando poniéndose de manifiesto al contar con una sola mujer Rectora. En la política y cargos públicos es evidente. Pero si hay manifestación clara y dolorosa de desigualdad y que está muy lejos de corregirse esa es la violencia de género que sufren muchas mujeres y por las que algunas han sido asesinadas. Comportamientos como el del campo de futbol donde miles de fanáticos gritaban y jaleaban contra la novia de un futbolista presuntamente victima de género ha sido vergonzoso.

Por todo esto y más, debemos seguir luchando para conseguir llegar a la igualdad efectiva. El 8 de marzo es más necesario que nunca y se deben apoyar todos los actos y concentraciones de las asociaciones que luchan verdaderamente por las mujeres y huir de actos institucionales que lo único que buscan es el lucimiento personal de algunos cargos ante su incapacidad de apoyar y aportar soluciones.