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La economía para el hombre, o viceversa
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LA MOSCA COJONERA

La economía para el hombre, o viceversa

Actualizado 24/02/2015
Luis Gutiérrez Barrio

Antes de nada, debo decir que con la economía, me pasa lo mismo que a los economistas, que no tengo ni idea.

Me refiero a la economía de andar por casa, a esa que habría que poner en marcha para que los ciudadanos de a pie podamos ir viendo el final del negro túnel de la crisis. Porque de la otra economía, de esa que nadie entiende, excepto la media docena de "expertos" que hablan de ella como si fuera el bálsamo de Fierabrás, esa que dicen que nos sacará del atolladero en el que ellos mismos nos han metido, de esa economía que explican con gráficos, nombres y siglas que sólo ellos entienden, de esa economía teórica que se imparte en las aulas de las universidades, de esa economía de las sesudas conferencias en foros a los que acuden los más altos representantes de la sociedad, y que van porque hay que estar, y que salen con la cabeza caliente y los pies fríos, de esa teoría económica, tal vez sepan mucho.

Cuando se escucha a estos grandes economistas, aunque tampoco se ponen de acuerdo, parece como si todo fuera bien, que la crisis ha quedado atrás. No sé a qué crisis se referirán, porque cuando salimos de la sala, vemos que todo sigue igual, que el pobre de la esquina sigue ahí, y además, hace unos días, le ha salido un competidor que pide en la esquina siguiente.

Para mí, humilde ciudadano de a pie, que cuando dicen que estamos saliendo de la crisis, lo que quieren decir es que están saliendo las grandes empresas y los bancos. Nos hablan de cantidades que no somos capaces ni siquiera de imaginar, de nombres raros, de tantos porcientos que son mejores que los del año pasado, de cantidades de parados que descienden (y nosotros sin enterarnos). En fin, de esa economía, ya digo que sabrán más que nadie. No hay más que escucharles en esas conferencias, en las que citan a ilustres economistas, que siempre son extranjeros, mencionan índices y parámetros que nos suenan a chino, bueno nos sonaban, porque de tanto escuchar y leer en los diferentes medios de comunicación noticias de economía (por si se les ocurre decir algo "de lo nuestro"), nos vamos quedando con la copla, nos van sonando esos nombres que hasta hace muy poco, no teníamos ni idea de que existieran. Ahora sabemos que existen, pero seguimos sin saber para qué sirven.

Pero es que incluso de esa economía tan lejana, de la que tardaremos años en ver su luz, si es que no se apaga antes, tampoco los grandes sabios se ponen de acuerdo. He leído y escuchado a alguno de estos expertos, y no hay forma de que se pongan de acuerdo. Lo que para unos es bueno, para otros es fatal. He oído decir, seguro que todos lo hemos oído, que lo menos malo que le puede pasar ahora a Europa es que Grecia abandone el Euro, mientras que otros dicen que ese abandono nos traería consecuencias muy graves.

Dicen algunos, que el reciente ministro de finanzas Griego es una lumbrera, otros dicen que no sabe lo que dice, que es un iluso y que pretende hacer cumplir sus promesas electorales con el dinero de los demás. Yo no sé si este hombre sabe mucho, poco o nada, pero me barrunto, que este griego tiene mucho más de Aquiles que de Ulises, y tal vez, no se ha dado cuenta de que hoy día, eso de pasear alrededor de las murallas de Europa, el cadáver de su enemigo atado al carro, no impresiona a nadie, máxime, cuando el cadáver en cuestión, es el del pueblo griego. En estos momentos, creo que le iría mejor emplear un poco más de la astucia de Ulises y dejar para mejor ocasión la arrogancia de Aquiles.

Por otra parte, creo que no debe ser muy legal (ético por supuesto que no) prometer a los griegos que cobrarán más y tendrán más prestaciones a costa del dinero que tanto se resiste a devolver a Europa. Tal vez sea bueno (seguro que lo es) que alguien le plante cara a los grandes, pero claro, cuando eso repercute en el bolsillo de todos y de una manera especial en los de siempre, pues como que no.

Como he dejado dicho al principio, no tengo ni idea de economía, lo que me da cierta "patente de corso" para decir las barbaridades que digo. Añadiré una más. Hay algo que me viene inquietando desde el principio de la crisis, cuando se decía (aún se dice), que no hay dinero y que por lo tanto no se pueden subir los salarios mínimos, y eso que hablamos de cantidades ridículas. Yo pensaba, iluso de mí, que la cantidad total de dinero que había en España, por ejemplo, o en toda Europa, ya que compartimos moneda, no podía haber disminuido, que el dinero no se volatilizaba ni desparecía por arte de magia, por lo tanto, si yo no tengo los euros que necesito para llegar a final de mes, no es porque no haya dinero, sino porque alguien tiene el dinero que me falta a mí. Y si somos muchos los españoles a los que nos faltan Euros, yo, en mis erróneos pensamientos, creía que alguien tenía que tenerlos, que unos pocos tienen que tener los bolsillos repletos con los Euros que nos faltan a los demás.

Estos días andan debatiendo sindicatos y patronal, que si la subida salarial debe ser de un 0,6 o un 1,5 %. No sé cuántos días más pasaran hasta que lleguen a un acuerdo. Seguro que al final, en el mejor de los casos, la subida será insignificante. Mientras, en la página de al lado vemos que la empresa tal o el banco cual, ha obtenido, en el ejercicio del año anterior, un beneficio de no sé cuántos cientos de millones de Euros, por lo tanto, la economía va bien. Es decir, que si un banco gana mucho, la economía va bien, pero el que millones de españoles cobren un salario ridículo no significa que la economía vaya mal. Vamos, que las millonarias ganancias de un banco, son mucho más representativas del funcionamiento del país, que la miseria de millones de españoles.

Me da la sensación, y seguro que es la sensación de un ignorante, que desde hace unos cuantos años (tal vez ocurra desde siempre), en el mundo que llamamos occidental, se ha creado un tipo de economía, y luego, los responsables de gobernar, y no me refiero sólo a los políticos, obligan a machamartillo, que los ciudadanos se adapten a ese sistema, quieran o no, les beneficie o no.

¿No sería -si no mejor, sí más justo- que la economía se adaptara a las necesidades del hombre? Es decir, que la economía estuviera al servicio del hombre y no al revés, como me da la sensación que ocurre ahora.

Tal vez, con este sistema, las grandes multinacionales o los grandes bancos ganarían menos, pero el dinero estaría más y mejor repartido, lo que haría, creo yo, que el mundo fuera un poco más feliz, con lo que todos saldríamos ganando.

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