Francia y el racismo

Pasemos por alto que su personaje histórico más representativo, Napoleón, naciera en la hoy italianizante Ajaccio; o que su santo más célebre, San Martín de Tours, fuera natural de Hungría, país de origen del ex presidente de la República Nicolás Sarkozy. La historia reciente es un muestrario suficientemente significativo de la capacidad de asimilación de la sociedad francesa en los más diversos ámbitos, desde la ciencia al deporte: Madame Curie, premio Nobel, era polaca; se llamaba María Sklodowska. Guillaume Apollinaire era el seudónimo de Kostrowitzky, nacido en roma de origen polaco. Julien Green es hijo de emigrantes norteamericanos y mantiene su ciudadanía estadounidense. Le Courbusier fue el nombre con que se conoce como arquitecto al grabador y joyero suizo Charles Edward Jeanneret. Sacha Guitry nació en San Petersburgo. Albert Camus, aunque de raíces galas, nació en Argelia. Samuel Beckett, Nobel de Literatura, nació en Irlanda y estableció su residencia en Francia en 1945, cuando había cumplido los treinta y nueve años.

Los casos más conocidos son los del ambiente de la pintura y la escultura, pues París se convirtió a principios del siglo XX en rompeolas de ilusiones, ambiciones y genialidades. Han llegado a pasar por franceses nuestro Pablo Ruiz Picasso, los también españoles Miró, Dalí, Sert y Gris; el suizo Gerard Schneider; Pascin, que procedía de Bulgaria; Modigliani, de Italia; Soutine, que era lituano; Chagall y Kandisky, rusos; Foujita, japonés; Sonia Delaunay, ucraniana; Kokoschka, austriaco; Ernst, alemán; Jean Kisling, representante eximio de la Escuela de París, que se trasladó a la capital francesa a los diecinueve años desde su Cracovia natal; belgas René Magritte y George Hergé, este último creador de Tintín...

Lino Ventura, el duro del cine francés, se llamaba Angelo Borrini y era natural de la ciudad italiana de Parma. El verdadero nombre de Anouk Aimée es Ana María Italiano. Pierre Cardin es Piero Cardini, también italiano. Léo Ferré, monegasco. Adamo nació en Bélgica y es de origen italiano. El padre de Johnny Hallyday era belga. Los padres de Serge Gainsbourg, rusos emigrados a París. Los del actor cómico Louis de Funes, españoles. Manu Chao, nacido en la capital de Francia, es de padre gallego y madre vasca. El prototipo de modelo de alta costura (y de la mujer francesa, pues fue designada como "Marianne", símbolo de la República) es Inés de La Fressange, de madre Argentina. Emmanuelle Arsan, la autora de "Emmanuelle", es de origen y rasgos tailandeses. Charles Aznavour es armenio. George Moustaki, nacido en Egipto de padre griego. Dalida (Cristina Gigliotti) nació también en El Cairo. Hasta Nimeño II (Christian Montcouquiol), tal vez la figura más representativa que ha tenido el toreo galo, aunque era francés de raza y nacionalidad nació fuera de su país, en Spilre, Alemania, donde su padre estaba destinado como militar.

Y huelga decir la cantidad de originarios de las antiguas colonias de Asia y África, además de los países del Este, que pueblan hoy los equipos franceses de las más diversas especialidades deportivas...