Píldoras y soluciones mágicas

La Obesidad constituye una de los grandes retos relacionados con la Salud de la Sociedad dada su transcendencia y su asociación a la mayor probabilidad de padecer enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y otras. También porque reduce la expectativa de vida y la calidad vida relacionada con la Salud de las personas obesas. Actualmente, en las sociedades occidentales, la prevalencia de la obesidad se está incrementando en todos los grupos de edad y en todas las clases sociales constituyendo una de las epidemias silenciosas más visible del Siglo XXI. Este rápido crecimiento de su prevalencia en la mayor parte de los países y regiones nos hace descartar las causas genéticas como determinante fundamental de esta tendencia.

El reto de controlar y reducir esta pandemia es de los más acuciantes y necesarios para mejorar el bienestar y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios y sociales; pero también para lograr una mejora en la expectativa de vida dado que la obesidad es un factor de riesgo subyacente a la aparición de los factores de riesgo cardiovascular y éstas son la principal causa de muerte en los pacientes obesos y la primera causas de muerte en los países desarrollados. Por todo ello, se requiere decir muy alto, sin titubeos ni actitudes obsoletas que este es un problema para todos los grupos sociales, empezando por los niños y acabando en los ancianos, y que siendo conscientes de que es una enfermedad crónica compleja y cuyas causas no están todavía resueltas, si se sabe que la reducción de su frecuencia pasa por comer menos y moverse más para. Si se incorporan estos dos hábitos al estilo de vida se está respondiendo adecuadamente al reto de la alta disponibilidad de alimentos que suponen una tentación y un riesgo diariamente. Mantener un peso saludable no es fácil; pero conseguir reducir la obesidad es mucho más difícil y la cultura de conseguir todo sin esfuerzo a base de recetas y dietas milagro en un entorno de alta disponibilidad de calorías a bajo coste ha supuesto un cambio inadecuado en los hábitos y patrones alimentarios. Todo ello ha conllevado investigaciones e innovaciones para buscar un comprimido que permita comer todo lo que se quiera para no volverse obeso cuando lo razonable es comer menos y dejar que los desfavorecidos, que son muchos, coman algo.

Por tanto, mientras llegan las evidencias científicas y los milagros puntuales sin trascendencia y que básicamente son sólo ideas de negocio para unos cuantos, hay que abordar este problema de Salud con la piedra angular de su prevención: una dieta con restricción calórica global que reduce el peso moderadamente en unos meses y añadir ejercicio físico para el mantenimiento en la pérdida de peso. También, para algunas personas puede requerir un enfoque conductual para mejorar el autocontrol, el estrés y la fuerza de voluntad en el mantenimiento de los cambios necesarios para su control y reducción.

En consecuencia, hay que dejar de buscar soluciones y píldoras mágicas dado que el tratamiento de la obesidad con éstas no debe considerarse ni como prevención ni como solución.