Money, money, money

Hace apenas unos días finalizó en Qatar el Campeonato del Mundo de Balonmano en el que nuestra selección no tuvo demasiada fortuna. En la retransmisión por la Cadena SER del partido por el tercer y cuarto puesto, que por cierto perdimos, uno de sus comentaristas en los minutos de descanso comentó: Ha salido a la pista un grupo de bailarines, todo ellos varones, porque las mujeres aquí son invisibles, pero bueno eso es cuestión de cada uno, nosotros estamos aquí para otras cosas.

Qatar, un Emirato absolutista, un país con una extensión algo mayor que la de la provincia de Zamora (11.586 km²) y con algo más de 2 millones de habitantes en 2013. Un país con un Índice de Desarrollo Humano, dicen que muy alto aunque solo para las escasas personas que disfrutan de ciudadanía qatarí, ciudadanos que gozan de una renta per cápita cercana a los 100.00 euros. Un país que no ha firmado ni ratificado acuerdos internacionales tan importantes y de tanta transcendencia como: el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares; la Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas: Ni firmado ni ratificado o Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer que en su artículo 1º define la discriminación como: Cualquier distinción, exclusión o restricción hecha en base al sexo que tenga el efecto o propósito de disminuir o nulificar el reconocimiento, goce y ejercicio por parte de las mujeres, independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera.

Un país en definitiva que campa a sus anchas en la vorágine del mercadeo internacional, que hace y deshace a su antojo. A quién todos los poderosos del mundo rendir pleitesía haciendo la "vista gorda" cuando se trata de criticar "ciertas excentricidades culturales" como alguien las ha definido, ¿por qué?. Todos conocemos la respuesta, el descubrimiento de importantísimas reservas tanto de petróleo y como de gas en los años 1940, transformó por completo la nación, su influencia internacional y el poder de sus emires.

Lamento no estar de acuerdo con el cronista deportivo de la cadena SER, la cuestión de invisibilidad de la mujer en ciertos países como Qatar es un problema de todos, no puede ser "cuestión de cada uno" porque se trata de un atentado intolerable contra todo aquello que pretendemos construir como sociedad humana y es comentario que nadie se atrevería a suscribir en cualquier otra cancha deportiva europea por lo que me parece debiera avergonzarnos a todos.

Pero el dinero, suele abrir lamentablemente puertas que no debiera, otorgado a sus poseedores no sólo poder económico, sino sobre principios de convivencia consensuados y aceptados. El mundo del deporte que presume de ser objetivo, ni lo es ni puede serlo y esto es un síntoma más de la mentira de "fair play". Todo está en venta y los petrodólares pueden comparar incluso los valores de las democracias.

Según Mundo deportivo.com, no hay límites para los deseos de los emires qataríes siempre que paguen bien. Son sponsor al Barcelona CF que sin remilgo alguno ni reparo moral lucen publicidad de las líneas aéreas de Qatar en sus camisetas. Como ya hemos dichos se les concede la celebración de los Campeonatos Mundial de Balonmano en 2015, también de grandes premios de motociclismo, de la Copa de Asia de fútbol de 1988; se les acepta en el circuito tenis profesional masculino (femenino no, porque las mujeres siguen siendo "invisibles" y organizaron el Mundial sub-20 de fútbol.

Para los próximos años tienen concedidos por las Federaciones Internacionales, previo pago de su importe, campeonatos de ciclismo es ruta; de gimnasia artística (imagino que sólo masculina); el campeonato de atletismo al aire libre de 2019, además han presentado candidaturas al campeonato del Mundo de Futbol para 2022 y a las Olimpiadas de 2014. Increíble pero cierto, mientras tanto organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional o Human Rights, se afanan en denuncian que en ese país no se respetan los derechos humanos ni los de los trabajadores, todos los sabemos, pero nadie hace nada.

Money, money, money son las tres palabras clave y todo lo demás gira en torno a esto fomentado ese doble rasero tan habitual con el medimos el mundo (¿o los mundos?). A mí, particularmente, me avergüenza este "mirar hacia otro lado" del deporte, ese lavarse las manos cuando su influencia es tan grande como se demuestra cada día. Creo que si el mundo del deporte, también otros, se lo propusiera, podrían lanzar importantes mensajes de apoyo en la defensa de los principios en lo que afirmamos creer, porque de lo contrario llegaremos a lo dicho por el estadista y científico Benjamin Franklin: De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero. Una pena.