Obsesión por el dinero

La actualidad nos trae todos los días casos de corrupción y de ambición desproporcionada por el dinero.

Pero lo peor es que esto está calando en los pensamientos de niños y adolescentes. Estamos creando una terrible dependencia de disponer de efectivo, se confunden los sentimientos y las necesidades básicas de subsistencia o salud con el afán desproporcionado de tener materiales priorizados por las modas.

Se manejan los escándalos y la gente los sigue mayoritariamente haciendo juicios exagerados y lo que no nos damos cuenta es que estamos cultivándolos desde nuestras propias casas. No vale cualquier cosa para obtener lo que se desea en un momento determinado.

Tenemos que reforzar en nuestros hijos y alumnos la importancia del camino que recorremos cada día, ir al colegio, hacer deporte, leer un libro, la música, la ayuda a los demás, el cómo los trato, eso es más importante que el dinero de la hucha y la marca de coche que tiene mi padre.

Es fácil de decir pero la realidad asusta cuando ves a menores prostituyéndose por un porro o por dinero que no necesitan y que parece que sólo lo exhiben entre sus iguales.

Hay un fondo de baja autoestima, de no saber quiénes somos, que hay muchas cosas superfluas que hipotecan nuestra vida.

El otro día un chico de catorce años manifestaba su miedo a volverse loco después de haber golpeado dos furgonetas y a un educador. Su historia es tremenda pero eso no justifica que un psiquiatra se conforme con decir que acabará siendo un psicópata y que acabará en la cárcel pero que si no quiere, no se le puede obligar a tomar la medicación o ingresarlo unos días, por cierto no hay psiquiatría infantil en Salamanca. Se pasa parte del día manejando un dinero que muchas veces no sabemos de dónde viene e investigamos junto con la policía la procedencia. Este dinero saca su parte mala y lo aleja de la necesidad de su niñez robada y difícil de compensar.

Pero no penséis que el problema lo tienen los hijos de familias excluidas, hace unos años eso era más frecuente, pero últimamente nos llegan chicos y muchas chicas de todos los estamentos sociales. Incluso cumplir unos determinados cánones de belleza complica el problema de una educación integral porque pueden conseguir cosas materiales con mucha facilidad sin darse cuenta que se reducen como personas y merecen mucho más respeto.

Este culto al dinero está a la cabeza de las razones de muchas tragedias familiares.