Nuestros bosques

Este jueves he ido con un grupo de alumnos a podar unas encinas, con caída incluida y todo. Soy un admirador de este árbol que desde su nombre científico Quercus ilex, árbol bello, puebla nuestras dehesas y encinares por todo Castilla y León.

En el camino hacia mi pueblo en la provincia de Zamora en la comarca de Sayago, pasando por Ledesma, a los lados de la carretera se presentan las encinas. En este caso últimamente me duele que en vez de olivarlas, las desmochan. Mira que hay buenos podadores de encina, pero a veces puede el ansia por sacar un poco más de leña para vender ahora que se cotiza para las calefacciones.

Me cabrea verlas secas, es verdad que a veces es por la seca de la encina que es una enfermedad con múltiples factores entre los que está algún hongo como una phitoptora, alguna mariposa que afecta a sus yemas, etc. Pero en esto influyen las podas exageradas.

De sus bellotas comen los cerdos, junto con las hojas se puede preparar algún macerado desinfectante, los taninos de la corteza sirven para curtir pieles y su madera es impresionantemente resistente y bella para arados o para una tabla en la que picar los huesos de la matanza.

Antonio Machado ya escribía: Brotas derecha o torcida/ con esa bondad que cede/ sólo a la ley de la vida,/ que es vivir como se puede.

De sus amentos amarillos donde cuelgan sus flores también se hacen acopio las abejas se usaba para sacar laca de la lana de las ovejas que paseaban por el jaral. Pero no podemos olvidar el cantueso, llamado en algunos sitios tomillo de San Juan, que es la lavándula stoechas, la infusión de sus inflorescencias secas es antipirético, es decir quita la fiebre, pero también es antiséptico y digestivo. Pero tiene más compañía con las escobas como citisus multiflorus o escoparius, piornos para barrer las eras, torvisco para quitar la diarrea a las ovejas o distintos tipos de verdaderos tomillos del género thimus, el mastichina, zygis o vulgaris muy usados desde los griegos para heridas graves, asma u otros problemas bronquiales.

Tiene la encina connotaciones sagradas porque se dice que se hizo la cruz de Jesucristo o la clava de Hércules. Pero además las aromáticas de las que hemos hablado se echan por las calles en el Corpus Cristi.

Yo recuerdo estar al brasero de leña, con mis padres o abuelos, recuerdo el círculo de leña de encina fina para hacer cisco. Por lo tanto seguiré subiéndome a las encinas para intentar transmitir a mis alumnos y a mis hijas la importancia de un árbol austero y valiente como las gentes de los pueblos de Castilla y León y más de media España menos Galicia o Canarias que no tienen encinas.