Maestras y maestros de la República (IV)

Seguimos a Carlos París, para definir lo que supusieron estas U.P durante el corto tiempo que las dejaron existir.

"Fueron centros de difusión de los saberes, científicos y humanísticos, y a la par, lugares de encuentro y convivencia entre estudiantes, jóvenes licenciados y trabajadores. Diversas ciudades, como Madrid, Valencia y Zaragoza, además de capitales andaluzas, sirvieron de sede, mediante cursos nocturnos, a esta actividad. Se aspiraba, tanto a la necesaria extensión del conocimiento, más allá de las cerradas aulas, como al encuentro entre la juventud universitaria y el proletariado". Comentar y ahondar lo que encierran estas palabras que son mucho más que una mera definición, bastaría para llenar un artículo. Recuerdo que durante la Dictadura, las señoritas de la sección Femenina tuvieron alguna actividad en los pueblos, remedando a las misiones pedagógicas, pero más atentas a la propaganda del Movimiento que a otra misión cultural. Nada hubo parecido a las Uiversidades Populares, ni siquiera en tiempos de Girón, el ministro más populista.

Luis Moreno gran experto en el tema que nos ocupa, nos amplía un poco la definición: las aspiraciones, los contenidos:

"Estas instituciones fueron concebidas, no sin utopía, como una exigencia misma de la democracia, una obra de renovación y regeneración social, de solidaridad humana [?]. una hermosa aspiración científica, un anhelo educativo, un admirable deseo de mejorar, de elevarse por medio de la cultura, la cual no consiste sólo en saber unas cuantas cosas, sino en formarse de cierta manera,[...] en introducir y difundir por las masas del pueblo que trabaja y no ha podido educarse [...]: la Ciencia, la Filosofía, la Historia, el Arte, la Literatura, el Derecho, lo bello y lo útil. Y nos concreta:

? las actividades: "Para la consecución de sus fines las Universidades Populares llevaron a cabo un conjunto de actividades muy variado, a pesar de la precariedad de medios económicos que padecieron"?"Una de las actividades desarrolladas por la mayor parte de las Universidades Populares, salvo excepciones conocidas como la de la Universidad Popular Católica de Valencia, fueron las conferencias sobre temas muy diversos relacionados primordialmente con la medicina y la higiene popular, la divulgación científica, la historia, la literatura, la geografía o las cuestiones sociales o laborales" ( Por la sempiterna y falsa acusación de ateismo, es loable que también pudieran optar a U.P, Universidades "católicas" como la de Valencia, lo que también demuestra su carácter universal).

? El profesorado: Los cursos también contaron con una amplia presencia en su oferta educativo ? cultural, de "profesores de diferentes niveles educativos, profesionales liberales e intelectuales. "Los estudiantes demócratas, asumían como una de sus funciones sociales irradiar los conocimientos adquiridos en la Universidad hacia el pueblo y uno de los cauces para lograrlo radicaba en la creación de Universidades Populares".

Ni soñar ahora con ese grado de conciencia social de los estudiantes, aunque exista la llamada "Pastoral Universitaria". Lo "social" se considera un añadido a lo cristiano, no algo esencial y la prueba de ello es que se ha tenido que crear una superestructura, Caritas, que se ocupe de esta dimensión. A los cristianos se les exige la partida de bautismo, ir a misa los domingos y fiestas de guardar, confesar y comulgar por Pascua Florida o antes si hay peligro de muerte. Y esto, a pesar de que Jesucristo recalcó en la parábola del Juicio Final que esas obras llamadas "de misericordia", son las que separan a los salvados, las ovejas, de los cabritos, los condenados.

? El origen, finalidad y destinatarios: "Una iniciativa de educación popular, debe estar desligada de partidos políticos, tendente a favorecer la concordia y la paz social, sin exclusiones, entre obreros, ciudadanos e intelectuales". Fue obra necesaria para la II República, sentida por los más lúcidos y generosos republicanos.

? Actividades realizadas en 1931 y personas que las promovieron. Por fuerza tenemos que ofrecerlas en síntesis y es obligado mencionar y así honrar a los que ofrecieron su tiempo y conocimientos, con gratuidad y entusiamo:

Conferencias, impartidas por

• profesores, intelectuales y profesionales liberales locales: Carmen Conde y Antonio Oliver, Andrés Bellogín, María Cegarra, José Rodríguez Cánovas, Esteban Satorres, Francisco Pérez Cuadrado, Casimiro Bonmatí Azorín, José Benítez de Borja, Vicente Ros, Miguel Pelayo, etc.;
• profesores de las universidades y centros académicos de Madrid: Manuel García Morente y María de Maeztu; de Murcia: Mariano Ruiz Funes, Cayetano Alcázar, José Loustau, etc. y de Córdoba: Antonio Jaén;
• políticos nacionales de signos dispares, aunque la mayor parte vinculados a partidos de la izquierda republicana: Fernando Valera, Margarita Nelken, Vicente Sol, Félix Gordón Ordás, etc;
• feministas: María Martínez Sierra,
• sindicalistas: Ricardo Fornells;
• diplomáticos: José Mª Chacón y
• poetas o escritores: Cipriano Rivas Cherif, Ramón Sijé, Miguel Hernández, Elena Fortún, etc., que disertaron sobre un amplio espectro de temas.
• cursos, certámenes literarios, concursos fotográficos, publicaciones, debates, exposiciones, excursiones, sesiones de cinematógrafo educativo, conciertos, audiciones, rodaje de documentales, dos bibliotecas circulantes, una general y otra infantil, actividades de animación a la lectura, etc.

? Ciudades que se comprometieron: "No sólo las capitales más importantes, sedes de distrito universitario, llegarían a contar con una Universidad Popular de esta índole (Madrid, Valencia o Sevilla), sino que en algunas poblaciones que ni tan siquiera eran capitales de provincia, también se impulsaría la creación de este tipo de entidades"

? Medios: "Cada Universidad Popular disfrutaría de autonomía para realizar sus fines; la matrícula y la enseñanza serían gratuítas; el profesorado estaría seleccionado al efecto; en los órganos de gobierno habría representación de profesores y alumnos"

?La desaparición y los intentos de recuperarlas. Tras la supresión de las Universidades Populares en España durante el franquismo, tuvieron que transcurrir más de cuarenta años para que, en un Estado democrático, estas iniciativas de educación popular resurgieran en el seno de los ayuntamientos democráticos con el objetivo de posibilitar el acceso y disfrute de los bienes culturales a todas las personas y favorecer una mayor articulación de la sociedad. Después de las primeras tentativas surgidas en 1976 en el barrio del Besós en Barcelona y Rekaldeberri en Bilbao, se creó la Universidad Popular de San Sebastián de los Reyes (Madrid) en 1981, las de Gijón, Puertollano, Elche y Cartagena. Podemos estimar que la cifra real de Universidades Populares existentes en España en 2009, estuvieran o no federadas, se hallaba en torno a las 400. En cuanto a numero de centros con esta función, Extremadura se llevaría la Palma.

Pero este tema exigiría otro artículo y sobre todo conocimiento in situ de su funcionamiento. Me temo que hay gran variedad y no se hasta qué punto se conservan y se cumplen los fines esenciales, las actividades y la forma de realizarlas.