Estrenos

Termina otro año y en estos últimos días llega el tiempo de hacer balances y nuevos propósitos para el nuevo año. Valorar los doce últimos meses pero sin quedarse en la lamentación o el recuerdo sino yendo más allá y proponiéndonos nuevas metas y objetivos. Algunos, los de siempre, los que a los pocos días ya no cumplimos y que el año próximo seguramente nos volveremos a plantear. Y otros nuevos, cuyo éxito o fracaso decidirá el balance final del año próximo.

Y estrenar. Es tiempo de estrenar?

Estrenos, sí, pero no de cine. Primeras veces, oportunidades, experiencias, que marcan y concretan nuestra historia personal y colectiva, algunas de las cuales sobrevaloramos mientras que otras, sin embargo, las relegamos automáticamente a un segundo plano. Y sin embargo, me desagrada esa definición reducida y materialista que sólo puede estrenar una vez. Son las cosas las que se estrenan por su primer uso, pero las experiencias, las oportunidades, las situaciones? todo eso y más puede ser nuevo cada vez aunque intentemos repetirlo exactamente igual cientos de veces. Incluso los textos, las frases, una película o un libro pueden ser distintos simplemente variando la perspectiva, el momento o el ángulo con que se mire. Y cuánta falta nos hace, muchas veces, cambiar nuestro punto de vista para poder ver las cosas como realmente son o, al menos, con renovado ánimo, optimismo, ilusión? esa oportunidad es el mejor regalo que podemos hacernos estos días o que podemos hacer a quienes apreciamos y con quienes tenemos la confianza suficiente para expresarnos con sinceridad.

A las puertas del nuevo año, me gustaría recordar que si bien escogemos determinados momentos significativos para motivarnos y "empezar" con ánimos renovados, para emprender nuevas cosas con ilusión y esperanza? un "nuevo año" empieza a cada segundo, en cada instante, cada día, cada minuto hasta el momento análogo 52 semanas, 365 días, 8760 horas o 525600 minutos después. Y, por lo tanto, cada segundo es una nueva oportunidad para estrenar, para comenzar de nuevo, para levantarse, para construir sueños y proponerse nuevas metas.

Para este año, yo propongo intentar "hacer nuevas todas las cosas", parar un poco el activismo impertinente que nos empuja y obliga a seguir un ritmo frenético de nuevas experiencias y actividades sin límite ni fin. Volver a vivir con la misma intensidad e ilusión pero con el bagaje de la experiencia leído en positivo, todas las cosas cotidianas? como si fuera "la primera vez". Encontrarle sentido a las cosas, hacer que tengan un color nuevo y verlas desde una perspectiva diferente? ¿Cuántas veces esperamos con pasividad e inamovilidad a que las cosas cambien sin mover ni un solo dedo por ello? (esta pregunta debería formar parte de nuestro balance). Es muy difícil avanzar sin implicarse.

Implicarse. Pelear con uñas y dientes por un mundo más humano? más "de carne" y ser "esa carne" que extienda el amor. Un amor cercano, nada de esas teorías abstractas que nos da por elaborar también en esta época del año. ¿Y si en vez de quejarnos tanto por todas nuestras realidades en crisis, empezamos a pensar en la carne herida de los que tenemos cerca?

Muchas cosas buenas pueden empezar a pasar este año 2015 sumando la voluntad y las ganas de cada uno. Quizás uno de los proyectos más ambiciosos sea el de devolver la esperanza y la dignidad a tanta gente sin ilusión, pero empezando en lo pequeño, en los más cercanos, en los que nos cruzamos cada día, que, a veces, son los más olvidados o los que viven de manera oculta y silenciosa en fronteras más inhóspitas.

Ojalá estrenéis un 2015 lleno de oportunidades; o mejor, estrenéis cada día? no, no, cada segundo del 2015 una nueva oportunidad para ser felices construyendo juntos un mundo más justo para todos.