AFECTOS SEXUALES Y SOCIALES: EL DESEO: (1) La preferencia por los de tu especie

Llegan las navidades y voy a ofrecer al lector un pequeño diccionario de los afectos sexuales (deseo, atracción y enamoramiento) y sociales (sistema de cuidados, sistema de apego, sistema filial o amistad y altruismo). Será mi regalo de Navidad. Son buenas noticias sobre el ser humano, en tiempos en que los medios nos traen una u otra vez noticias sobre todo tipo de desgracias. Acabo de ser abuelo por tercera vez y me siento feliz escribiendo estas cosas.

Los seres humanos somos ser para el contacto y la vinculación, desde el nacimiento lo intentamos una y otra vez bien movidos por los afectos sociales, básicos a lo largo de toda la vida, o bien por los sexuales, fundamentales a partir de la pubertad.

El primero de los afectos en ponerse en marcha con el nacimiento, junto con el sistema exploratorio (los niños son muy activos desde el nacimiento, con todos los sentidos disponibles) es el sistema filial, la tendencia a interesarse, entrar en contacto y preferir a los miembros de su especie (como ocurre, por otra parte, en casi todas las edemas especies, donde en medio de un rebaño, por ejemplo, el cordero recién nacido no se equivoca de especie ni de madre). La voz humana, el rostro humano, el calor humano, el olor humano, el sabor de los calostros y la leche de la madre y el tacto humano son los estímulos preferidos de los recién nacidos. En los tiempos de vigilia se interesan por los de su especie y les encanta, les interesa y prefieren escuchar la voz (mejor dulce, suave y cantada), el rostro (mirando siempre que pueden a la cara (mejor relajada, sonriente, expresiva y de frente a unos 15 o 30 centímetros) el tacto (caricias suaves por todo el cuerpo, ofrecerle un dedo para que se aferren con el reflejo de presión, ponerse sobre la piel de la madre y el padre, masajes llenos de ternura, bañarles y secarles, etc.) el olor (que reconocen muy pronto como olor de los cuidadores) y la "teta" de la madre (la leche materna y el amamantamiento son su prioridad y objetivamente esenciales para su alimentación y salud física y psíquica). Es tiempo del encuentro maravilloso entre el sistema filial y exploratorio del recién nacido y el sistema de cuidados de la madre y del padre, sus cuidadores prioritarios. Como pueden serlos esas abuelas tan maravillosas que aun están entre nosotros. Mejor para el recién nacido y la madre varios cuidadores que uno solo.

Durante meses, aceptan también los cuidados de otras personas, porque nacen preorientados para interesarse, buscar, interaccionar con todos los de su especie, aunque pronto (en las primeras semanas) empiezan a reconocer la voz, el olor, el tacto, el gusto, el rostro y otras conductas de sus cuidadores. Entre el segundo y cuarto mes ya puede reconocer de forma personalizada y global a los que le cuidan y comienza a preferirlos con claridad frente a todos los demás para ser alimentado, limpiado, tocado o echarse unas risas.. Preferencia que aun no supone rechazo, miedo o, al menos, cautela ante los demás, justo hasta que aparezca el "miedo a extraños, en torno al el sexto u octavo mes.

Tiempo de Navidad, tiempo para amar y ser amado, para recordar que nació un niño indefenso y dependiente del amor y cuidados de sus padres, como cada niño o niña que nace ahora entre nosotros.