Nochevieja Universitaria Salmantina

Bueno, pues un año más ?y van diez- los universitarios ?y los que no- han cumplido esa tradición tan ingeniosa como inicialmente polémica que consiste en despedir el año antes de que se vaya. Y bien, aplaudamos esa idea insólita que a fuer de benéfica deviene tradicional.

Creo que ya va siendo aceptado por todos los sectores y opiniones que la Nochevieja Universitaria es buena para Salamanca. Fijémonos sólo en un par de datos: Salamanca ha sido portada de los telediarios nacionales en tres momentos de gran audiencia el jueves por la noche y el viernes por la mañana y mediodía. Por otra parte, existe consenso generalizado ?no como en las manifestaciones- en torno a la cifra de 45.000 personas celebrando el evento.

En otras palabras, la Nochevieja Universitaria Salmantina se ha convertido en una festividad que consigue promocionar la ciudad y traer turismo; o sea, inyectar dinero en la ciudad.

No podemos olvidarnos ?y mucho menos en tiempos de crisis como la presente- de que Salamanca es una ?aunque dignísima- pobre criada del señorito Capital que, carente de industria, ha tenido que ponerse a servir y sobrevive ?ya digo que dignamente- del sector servicios. Aquí no tenemos Fasa, ni Renault, ni astilleros, ni minas, ni puertos ? aquí nuestra "industria" se llama Universidad y Hostelería. No hay más. Vivimos de eso. Todos.

Cuando uno llega a esa convicción atisba también la idea de que por lo que se vive hay que morir. De que tenemos que defender a muerte ese único reducto económico que viene amamantando a la ciudad desde hace más de quinientos años.

De ahí que, cuando alguna idea feliz y subrepticia como ésta de la Nochevieja consigue imponerse a pesar de nosotros ?de nuestros políticos quiero decir- y sobrevivir y desarrollarse exitosamente, no podemos permitir que venga nadie a destrozarla ni que la desidia municipal ?no por habitual soportable- la empercuda de torpeza y termine por perjudicarla.

Lo que quiero decir es que las calles aledañas a nuestra Bella Señora ?la Plaza Mayor- se convirtieron en letrinas por unas horas, y que eso no puede ser: ni favorece nuestra imagen ni beneficia nuestra economía. Personalmente pude comprobar que Felipe Espino y Juan de la Cruz ?la que conecta la Plaza del Peso con la Del Ángel, la calle del Ceylán de mi llorado Berna- recibieron las deyecciones de numerosos jóvenes ?y jóvenas- que se aliviaban de necesidades fisiológicas inaplazables. Parece lógico pensar que 45.000 personas en la Bella Señora durante varias horas (de 22 a 01 más o menos) van a necesitar un desahogo inmediato. Proveámosles por tanto de mingitorios portátiles, que los hay al uso y previstos para estos eventos.

Señor Alcalde. Para el año venidero ?las encuestas y mi propio pálpito dicen que seguirá usted- negocie usted con los organizadores que haya urinarios en las salidas de la Plaza, los pague quien los tenga que pagar.

La otra cuestión es pelín más peliaguda, pero igualmente necesaria de abordar: todos hemos podido ver carteles que anunciaban 2,50 ?uros como precio de las consumiciones a realizar en un pretendido "cotillón universitario" que no existe ni se organiza ni se convoca. Los establecimientos que se relacionan en los tales carteles giran todos bajo la égida de una única gerencia que, sabemos todos, está apostando por una "guerra de precios" que, impidiendo a la competencia competir, le permita acaparar mayor número de establecimientos cada vez.

Sabemos todos también que eso sólo puede llevar a dos desenlaces: que la guerra de precios determine una merma de la calidad y que, finalmente, se produzca un oligopolio que imponga los precios en el sector. En definitiva, perjuicios para el consumidor.

No voy a entrar aquí ahora en si el Ayuntamiento debería comenzar a intervenir en lo que ?por la vía de disminuir el precio- parece una descarada promoción del consumo alcohólico, que está prohibido; ni tampoco en si imponer precios por debajo de coste quebranta las leyes de la competencia. Lo que sí quiero hacer ?y, además, creo que debo, y me apetece- es llamar la atención sobre un hecho incontestable: Tinín se va a cargar la Nochevieja Universitaria. De salirse con la suya, dentro de unos años Salamanca no será portada de telediarios por la tradición, la afluencia turística ni el dato simpático sino por estar a la cabeza del destino de turismo de borrachera y balconing

Y eso no debemos ?no podemos- tolerarlo porque nos afecta a todos: nos empobrece a todos

Señor Alcalde. Para el año venidero negocie usted con quien corresponda que los precios se muevan en un entorno racional ?como hace con el pincho de feria cuando las casetas- y que ningún filibustero venga a aprovecharse del honrado esfuerzo de los hosteleros de casta.

No nos engañemos. La hostelería es nuestra industria y quien pretenda atentar contra ella nos está agrediendo a todos.