La sufrida Plaza Mayor

No sé si habrá mucha gente que recuerde una polémica de las elecciones municipales de 1995, a consecuencia de lo que se permitía hacer en la Plaza Mayor. Lo más grave fue la acusación del Partido Popular de soltar cerdos por la principal de nuestras plazas, un elemento clave de la declaración (posterior) como ciudad Patrimonio de la Humanidad. Desde luego cerdos hubo, pero también la promesa de ese partido de regular lo que se podía hacer y lo que no, para acabar con los desmanes en nuestra ágora. Vamos camino de 20 años.

En realidad lo más grave no fue lo del cerdo. No he olvidado la estructura metálica que se montó para una incomprensible corrida de toros, tan grande y pegada a las fachadas que apenas se veía lo que pretendía ser el atractivo de tan insigne acontecimiento de maltrato animal: la propia Plaza. Y más cosas, también tras la promesa del PP. Como la conmemoración postal con una carpa que cubría casi toda la superficie libre, y tapando nuevamente la Plaza. Y muchas otras cosas para aprovechar de forma más que discutible nuestra querida Plaza Mayor, posiblemente la más bonita del mundo. ¡Ah!, y bancos de quita y pon permanente.

Aunque lo que más me duelen son los conciertos, de escenarios inmensos que tapan la fachada del Ayuntamiento, con su ruido, vibraciones, luces y otros elementos accesorios. Creo que alguien prometió que se estudiarían sus posibles efectos, pero no se ha vuelto a saber nada. En realidad hasta enero de 2013 no se habló de un Reglamento de usos de la Plaza Mayor, que sigue sin ser aprobado por el Pleno municipal tal como se nos recordaban tras el último.

Para celebrarlo vuelve, un año más, la llamada Nochevieja Universitaria. Otro ejemplo de privatización del espacio público, aunque estos parece que algo pagan. No voy a opinar sobre tan lujoso macrobotellón (vaya, coincido con el ex Lanzarote), por lo del marco incomparable, siempre acompañado de polémicas (¿o presiones?), como que el próximo año se va a otro sitio, o la permisividad con la que se trata a parte de la hostelería. Demasiados casos de privatización del espacio público, como terrazas, Feria de día, aparte del tan "vital" aparcamiento claro, etc. Y no me olvido que con eventos privados se cierran calles y se trastocan, como casi siempre, los recorridos del autobús urbano, fastidiando a los sufridos usuarios que demasiados días se encuentran con desagradables novedades convertidas en retrasos insufribles (y luego se lamentan de perder viajeros).

Desde luego entiendo que la Plaza Mayor se concibió como un espacio para que la ciudad se encuentre, eventos incluidos. Y es indudable que somos una ciudad turística, y que nuestra lamentable economía convierte en casi estratégico un sector como la hostelería. Quizás sea inevitable permitir eventos como la Nochevieja Universitaria, pero en algún momento tendríamos que conocer en profundidad qué efectos causan sobre nuestro principal espacio público, nuestro más atractivo escaparate, lo que se permite hacer en él. A partir de ese conocimiento, va siendo hora de regular seriamente lo que se puede hacer en la Plaza Mayor. Entiendo que el Reglamento de usos anunciado tiene esto en cuenta, y que se será inflexible. ¿Puedo tener la esperanza que se va a buscar un escenario más adecuado para los conciertos de miles de watios de potencia (por ejemplo)?