La crisis no es problema

El pasado miércoles, día 10, conmemoramos, el Día de los Derechos Humanos - sí, esos que figuran en una Declaración Universal de hace más de 60 años - y cuyo objetivo sigue siendo recordarnos que el respeto a los derechos básicos e inalienables de todas y cada una de las personas es el ideal común al que aspiran todas las naciones y pueblos del mundo.

Poco día antes, la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) constituida en 1965, con el impulso de Cáritas Española, presentó en nuestra ciudad su VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España bajo el acertado título de "Hacia un nuevo modelo social". Lo cierto es que su repercusión en medios de comunicación fue prácticamente nula, sólo uno de ellos se hizo eco de dicha actividad. Por esa razón hoy me limitaré a citar algunas de las cuestiones que me parecen más interesan, sin otra intención que alguno de ustedes se anime a una lectura más detallada pues a mi entender contiene datos y conclusiones muy relevantes y sugerentes para una reflexión compartida sobre las tendencias del nuevo modelo social que se está instalado en nuestro país desde hace ya alguna década.

Un primer párrafo para detenerse podría ser: Entre los años 1994 y 2007, las tasas de incremento del Producto Interior Bruto (PIB) anual medio fue superior al 3%. Este crecimiento nos situó por encima de los niveles de renta medios de la Unión Europea de los 27, lo que pudo suponer un aumento del bienestar para muchos sectores sociales. Sin embargo, no solamente no se tradujo en una reducción de la pobreza, sino que generó más desigualdad entre el segmento más rico y más pobre de la sociedad española. ¿Dónde se quedó ese crecimiento? Sería la pregunta.

Con relación a los recortes en derechos básicos se señala: Lo que se está produciendo es el cambio de la base de los sistemas de bienestar que mantenían el anterior modelo social, pues se está pasando del ciudadano, que los hacía universales, al asegurado, que acaba haciéndolos excluyentes; del usuario de las prestaciones universales al cliente solvente. Y su conclusión es que no se trata de un problema puramente económico. Por tanto esa teórica salida de la crisis que pregonan nuestro gobernantes no sería la respuesta que buscamos, al menos no toda la respuesta. ¿Cuántos se quedarán en el camino de esa supuesta recuperación?

Otra hipótesis que refuerza la idea de que la crisis no es el auténtico problemas: La manera en la que la crisis nos está afectando ?esta sería la primera hipótesis a analizar? tiene mucho que ver con el tono moral que la sociedad española fue adquiriendo en los años anteriores a la explosión de la burbuja inmobiliaria-financiera. Un tono distinto tal vez hubiera permitido una distinta recepción de la crisis, así como un repertorio distinto de respuestas políticas y económicas. Pero, nos quedaremos con las ganas de saber cuáles hubiera sido ese otro repertorio de respuestas.

Por último, comparto el uso por parte de los responsables del informe de no fijarse únicamente en la renta per cápita para medir el estado de la exclusión o el desarrollo social, es un indicador miope y poco ilustrativo, el que se propone - Índice de Bienestar Económico ? es mucho más preciso al conformarse con componentes como: los flujos de consumo; el consumo per cápita de mercado ajustado por el tamaño del hogar y la esperanza de vida; el Gasto público per cápita; el coste social de la degradación ambiental; la seguridad económica; riesgo de desempleo: riesgo financiero en caso de enfermedad; riesgo de pobreza monoparental o el riesgo de pobreza en la tercera edad, por citar algunos de ellos. Este índice nos da una visión más exacta de la situación de miles de personas y familias que, aun disponiendo de una renta por encima del umbral de pobreza, se encuentran en riesgo de exclusión pues con sus recursos deben elegir a que gastos harán frente cada mes, lo que les obliga a renunciar a otros también básicos. Vivir en la cuerda floja.

Muchos datos y muchas conclusiones para pensar hacía donde nos dirigimos como individuos, pero también como sociedad. Como hace ya algunos años, aunque está plenamente vigente, el filósofo alemán Friedrich Engles: La misma nueva sociedad, a través de los dos mil quinientos años de su existencia, no ha sido nunca más que el desarrollo de una ínfima minoría a expensas de una inmensa mayoría de explotados y oprimidos; y esto es hoy más que nunca. Como digo de plena actualidad.