Haciendo casting para secretario general

A mí que me perdone Rajoy, pero en esta carrera por sustituir a la vieja guardia de la izquierda por tíos buenorros, la derecha está que lo pierde todo. Primero fueron los socialistas con este Pedro que parece un figurín, y ahora son los de IU que han cambiado a Cayo Lara por un garzón la mar de mono dispuesto a darle la batalla a Podemos sin coleta, y sí con una barbita proletaria que, a nosotros, agotados electores, nos da un poco de lado. Con la que está cayendo, más nos vale hacer un trivial con las personalidades que han ido al sepelio de Cayetana que seguirles el rumbo a estos políticos aforados y aforrados que ya importan muy poco al común de los mortales, porque total, siguen empecinados en seguir con los privilegios y pierden el rato en proclamas y denuncias soberanistas, como si a nosotros nos importara mucho la fiscalía de fuera y la fiscalía interior, el reparto del privilegio y hasta del sortilegio mediático. Que no, que lo nuestro es ver funerales, que al español de a pie, como dice mi kioskero, le va el bodorrio y el fasto fúnebre para llenar portadas y vender revistas, que de eso se trata. De vender, por eso abogo por una política penitenciaria de devuélveme del rosario de mi madre más la multa correspondiente y dejarse de tanto ingreso en prisión.

Aclaro, a mí ver a los del caso Malaya a toda hora en la tele, pensando que cuando acaben sus breves condenas saldrán y se forrarán dando declaraciones, me pone de los nervios. Más nos valdría que pagaran hasta el último céntimo que se han llevado y punto pelota, que total, si alguien quiere espectáculo mediático, que haga una sesión de baile de barra en la cocina. Lo dicho, estos aprovechado de la vida que paguen lo robado y lo multado y que se hundan en el olvido y el oprobio, pero que no salgan a toda hora en esa tele que ya aburre hasta a las ovejas. A mí la desgracia ajena, aunque sea de gente que bien la merece, no me pone en absoluto, y preferiría ahorrármela, porque todavía tengo bien grabado eso de "Odia el delito y compadece al delincuente", pero en este país la carnaza es inevitable, por eso y por mucho más el común de los mortales se sienta a ver sepelios, entradas en la cárcel y tertulias sobre gilipolleces, mientras la niña bonita siente penita pena de la señora Pantoja y porque no localiza a Rato, que sino, también. Y todo culpa de la madre, que es muy empática y no soporta tanta memez. A mí que me restituyan lo robado y a otra cosa, mariposa, total, hacer un photo call a la puerta de la penitenciaría me parece de un mal gusto horrendo y un desdoro para quien tiene la desgracia de vérselas en estos lugares. A mí que me perdone Rajoy, pero total, entre unas cosas y otras, sus palabras y sus logros, sus silencios y sus reconocimientos nada valen en medio de la vorágine de la mediática tontería y del recambio estético.