Bailemos, señor conejo

Economía, todo se relaciona con esta "inexacta ciencia", y en convencernos de que es así están empeñados nuestros dirigentes. Bueno, pues tal vez sea así, pero desde luego no con sus propuestas aplicación a nuestras vidas. No con esas reglas que da prioridad a mercados y mercaderes olvidando su fin último al que deben estar al servicio y este no es otro que satisfacer las necesidades de los seres humanos.

Tenemos un sistema económico cuyas normas soplan en dirección a llevar los recursos públicos al puerto de los bolsillos privados (corrupción), mientras los privados, presuntamente, se destinan a lo público (recortes). Un sistema que permite que gigantescas empresas multinacionales con miles de millones de beneficios en nuestro país, apenas tengan que pagar unos miles de euros a las arcas del Estado. Como el caso de Facebook Spain que cotizó unos ridículos 50.000 euros o el de Appel Marketing Iberia, la segunda empresa con mayores beneficios del mundo que aportó unos raquíticos 2,58 millones, porque lo gordo se queda en Irlanda y Google con 1,9 millones tras una investigación fiscal y sin ningún tipo de sanción, por no hablar de Yahoo que tiene la cara dura de presentar números en rojo ¡rojos de vergüenza debieran estar sus propietarios!

Todo el sistema bancario se beneficia de este trato de favor del sistema económico actual facilitando las transferencias de activos sin apenas pagar impuestos. Ingeniería financiera, lo llaman los expertos y ya se sabe "lo financiero" no tiene nada que ver con lo productivo, con el mundo real, ya que sus herramientas son la especulación, el rumor, el tráfico de información privilegiada y de influencias.

Por todo esto me extraña, aunque uno cada vez se extraña menos de estas cosas, que de una propuestas presentada por la Sociedad Civil con el fin de darle algo de coherencia a este sin dios de sistema económico, que de una propuesta ya aprobada por el Consejo de Europa para su entrada en vigor este año 2014 en 11 países y que en los próximos días, en la reunión del ECOFIN ? órgano compuesto por los Ministros de Economía y Hacienda de los países de la Unión Europea debe materializarse, sepa tan poco la ciudadanía y tenga tan poco interés informativo para los medios de comunicación, en unos momentos en los que tan presentes están las cuestiones económicas. Sí, algunos ya lo habrán adivinado, me refiero al Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF). Una reformulación de la tasa propuesta hace ya algunos años por el economista estadounidense y Premio Nobel, James Tobin.

Cuando, en estos momentos las transacciones financieras multiplican por 75 las de la economía real, cuando el sector financiero es el que menos impuestos paga por su actividad, se proponen una tasa que gravará las operaciones financieras más especulativas, una herramienta para, por un lado, controlar los flujos financieros de tipo especulativo y, por el otro, recaudar fondos adicionales, que está vez no deberían salir de los bolsillos de los ciudadanos de a pie. La propuesta que está sobre la mesa y que apoya la mayoría de la sociedad civil es que se graven los intercambios de acciones y bonos al 0,1% y los derivados al 0,01%. Para que se hagan una idea, un conjunto de operaciones que en un año sumaran 1 millón de euros, supondría recaudar 1 ?. Ya sé que a primera vista puede parecer poca cosa, pero dado en volumen de operaciones de este tipo que tiene lugar en un año y si se aplicara en los 11 países que lo han aprobado, entre ellos España, se llegarían a disponer de cerca de 30.000 millones anuales que podrían ser invertidos en políticas sociales, luchar contra la pobreza y bienes públicos global. Nuestro Gobierno podría contar con unos 4.000 millones anuales para estos fines, pero aún tiene dudas. Pues eso es lo que hay, yo creo que da para pensar.

Si cambiar nuestro sistema económico, cambiar el mundo siempre han dicho que es cosa de locos, tal vez venga bien recordar el dialogo que el Conejo Blanco y el Sombrero Loco tiene en la obra del genial Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas:

• Lo mejor será que bailemos.
• ¿y que nos juzguen de locos, señor Conejo?
• ¿Usted conoce cuerdos felices?
• Tiene razón ¡¡Bailemos!!