El bosque de su obra diseminada es tan genuino que no será posible encontrar nada igual
![[Img #146913]](https://imagenesnetytec.blob.core.windows.net/simg/imgf/2014/11/img_146913.jpg)
Era un artista que explosionó viendo fundirse el acero con la energía del calor y así comenzó a escribir con el hierro desde un momento en que su propio e íntimo big ben le hizo analizar la lluvia metálica canalizándola gota a gota en objetos y animales o en figuras humanas.
De sus manos y su mente surgen toros, caballos encinas, rostros, el rey, la mujer sencilla, natural y esquemática o algún rostro de niña angelical?
El bosque de su obra diseminada es tan genuino que no será posible encontrar nada igual.
Cada pieza va quedando anclada con su fuerza de crear quedando bien claro que crear no es copiar ni imitar lo que han hecho otros. Lo creado se origina en lo más profundo del ser y sale al exterior con tanta fuerza como sale la lava de un volcán y el volcán Antonio Casares de la Riva encontró en su trabajo de chapa y pintura la fuerza necesaria para decir: aquí estoy, aquí está mi yo, mi verdadero ego como la fortuna mayor que puede albergar la condición humana desde todos los tiempos conocidos, la sublimidad en el arte.
Es bueno que cerca de Siega Verde surjan en la actualidad, artistas como los hay en Miróbriga en todas las expresiones. Hoy quiero honrar a este serrano afincado y arraigado en Ciudad Rodrigo agradeciéndole personalmente y de corazón "su metálico pregón" de la ciudad y comarca, patente en toda su obra.
Tomás Acosta Píriz