GUIJUELO | El último paso es la apertura del expediente de venta forzosa para recuperar los gastos que genera un derribo
El Ayuntamiento de Guijuelo tiene abiertos casi un centenar de expedientes sobre inmuebles y solares que suponen un peligro para los viandantes o propiedades colindantes. Para hacer frente a este tipo de situaciones, el Consistorio aprobó hace varios años una normativa para regular que los propietarios o sus herederos mantengan los edificios y solares en buen estado, y que no supongan un riesgo.
Desde su aprobación, el Ayuntamiento ha tenido que intervenir en múltiples para que se cumpla esta normativa. La mayor apertura de expedientes se ha realizado desde hace tres o cuatro años, con cerca de 100 tramitaciones, como explica la segunda teniente de alcalde, Carmen Cortés, "estos expedientes se deben a una necesaria rehabilitación de un inmueble, a su necesario derribo o a la limpieza o vallado de un solar".
Uno de los problemas a los que se enfrentan desde el Consistorio es la identificación del propietario, debido al fallecimiento de éste sin herederos directos, teniendo que buscar a los sucesores. Una ardua tarea, en especial cuando hay distintos herederos, y no se ponen de acuerdo en lo qué hay que hacer y cómo.
Antes de empezar con toda la documentación y los trámites, el Ayuntamiento identifica al propietario, a quien se notifica que debe subsanar el problema. "Unas veces se resuelve de forma satisfactoria porque los propietarios se encargan de resolver la situación, pero en otras, es el Ayuntamiento quien ejecuta la acción de forma subsidiaria", indica Carmen Cortés.
A continuación, si los responsables del inmueble o del solar no llevan a cabo la acción requerida (rehabilitación, derribo o limpieza), lo lleva a cabo el servicio municipal; pasando las costas a los propietarios. Cuando no hay respuesta de éstos, el Ayuntamiento inicia el expediente de venta forzosa, con el objetivo "de recuperar el dinero que supone un derribo", matiza la segunda teniente de alcalde de Guijuelo.
Se trata de un proceso largo, puesto que todas las notificaciones y decisiones deben publicarse en los distintos boletines, con sus correspondientes plazos para recurrir. Un proceso que se alarga con la búsqueda de herederos cuando no hay parientes directos. Esto también repercute en el número de expedientes, que se encuentran en diferentes estadios del proceso.