El mantenimiento del mobiliario urbano

Se publicaba estos días una noticia, quizás menor, pero que me ha llamado la atención. No es una algo especialmente importante, salvo que tiene un coste para las arcas municipales. Hablo de la instalación y renovación de 3.000 bancos en la ciudad.

Muchas veces me quejo de la falta de mantenimiento que tiene parte del mobiliario urbano, y otras cosas que tenemos en nuestras calles. Aunque hay que reconocer que se avanza. De vez en cuando se pintan las farolas, con más asiduidad los semáforos, o las marcas viales. Las barandillas, de puentes y otros, sí suelen permanecer más en el olvido. Al igual que las rampas preexistentes, y su "aviso" en el suelo, de pasos de peatones que desaparecen, lo que puede confundir a personas con problemas de visión. Con los juegos infantiles también tengo mis dudas sobre la rapidez y eficacia con la que se reparan en algunos casos. Y parece que por fin se van a repintar carrriles bici, aunque se precisarían mejoras y reformas. Pero hay baches en calzadas que se llegan a integrar en el paisaje, se eternizan.

Los árboles se podan, aunque aquí sí que tendría que discutir la forma en la que se hace a veces, e incluso la época del año en la que esto ocurre. Por poner un ejemplo, no me gusta nada el aspecto de los árboles podados antes del verano en la Glorieta de Vettones y Vacceos, desde hace tiempo tienen un color nada saludable.

Es cierto que la crítica suele tener más espacio cuando hablamos de la gestión de una administración, de lo que entendemos como errores u omisiones. Pero siempre entiendo la crítica como constructiva, la idea es llamar la atención sobre aspectos que no parecen funcionar correctamente para que se corrijan. La ciudad es cosa de todos, es nuestra casa, y creo que nos suele gustar que nuestra casa esté limpia, en condiciones, y sea agradable.

La verdad es que sobre los bancos, afortunadamente cada vez más con el asiento y el respaldo de madera (hay que desterrar otros materiales, y ponerlos siempre con respaldo), sí tenía mis quejas. Uno ya tiene sus años, y recuerda cómo de pequeño no era raro que en los jardines de Torres Villarroel (mi zona de juegos) se repintaban los bancos periódicamente, eran de color verde. Pero desde hace años no es difícil encontrar bancos de madera rotos, o pidiendo "a gritos" que se pinten o barnicen. Afortunadamente parece que se va corrigiendo.

Aún a riesgo de equivocarme, me da la impresión que resultaría más barato que el mantenimiento del mobiliario urbano fuera algo habitual, algo más natural en la actividad municipal. Según los materiales de ese mobiliario, cuando toque se limpien, se reparen o se repinten. Como ya he dicho esto sucede en algunas cosas, pero sería mejor que ocurriera en todo, sin tener que esperar a que el volumen de la actividad requiera una inversión notable.

Y no me olvido de la responsabilidad que tenemos los ciudadanos para mantener lo que al fin y al cabo es nuestro. Cuidar el mobiliario urbano también es nuestra responsabilidad.