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Gripe, una visita anual y habitual
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Gripe, una visita anual y habitual

Actualizado 25/10/2014
José Antonio Mirón

Una vez superada la crisis epidemiológica y de Salud Pública por el ébolavirus, debemos volver a nuestras rutinas y, como todos los años, no faltará a su cita con nuestra convivencia, este proceso agudo que causa la infección del virus influenza o gripal y que se transmite de persona a persona, por contacto directo, a través de gotitas o aerosoles y mediante las manos. Habitualmente, tiene un curso benigno y autolimitado, sólo en ocasiones produce cuadros graves directos o indirectos (neumonía vírica y/o bacteriana secundaria) y complicaciones cardiopulmonares que requieren hospitalización. Estos virus y sus variantes nos visitan cada invierno provocando un brote estacional, el más frecuente, que aumenta el número de casos significativamente en los meses fríos, afectando a un 20% de niños y a un 5% de adultos. Se trata generalmente de unos virus que han circulado en temporadas anteriores. Todo esto puede formar parte de una crónica anunciada y que podemos evitar mediante la vacuna antigripal.

El comienzo del proceso gripal es brusco, y tras un periodo de uno o dos días de sentirse uno incomodo, aparecen los síntomas generales que incluyen: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, malestar general, pérdida de apetito y astenia. Habitualmente, las cefaleas y los dolores musculares son los más llamativo. También existe rinorrea y tos seca, pero éstos no constituyen lo más importante a diferencia del catarro. El proceso suele durar entre 7 y 10 días, aunque el malestar general, la tos y la astenia duran unos días más. El tratamiento debe ser sintomático y debe incluir reposo, ingesta de líquidos, antipiréticos y analgésicos. En la gripe no complicada no deben utilizarse antibióticos por no ser eficaces y, además, porque se puede modificar la flora del tracto respiratorio superior provocando sobreinfecciones. En niños no se debe utilizar ácido acetilsalicílico (aspirina) porque se ha observado que en la infección por virus de la gripe B puede provocar una encefalopatía hepática (Síndrome de Reye) que tiene una alta mortalidad.

La principal medida preventiva para disminuir la incidencia de Gripe y evitar sus complicaciones es la vacunación antigripal. Se recomienda su prescripción e inoculación todos los otoños, empezando en el mes de octubre antes de que se produzca la onda epidémica. Es una vacuna que cambia su composición antigénica cada año en función de los serotipos antigénicos detectados por los sistemas de vigilancia epidemiológica y de Salud Pública de la OMS que permiten conocer la circulación de os virus y la caracterización de las cepas circulantes. Se trata de una vacuna segura y efectiva que protege frente a las cepas incluidas en su composición. Además, es segura y sólo causa efectos adversos locales y febrícula en las primeras 24 horas y que ceden con paracetamol.

La principal medida de Salud Pública, la más efectiva y eficiente para controlar y evitar la Gripe y sus consecuencias es la vacunación antigripal anual de los grupos de mayor riesgo (Embarazadas, mayores de 65 años, enfermos crónicos, personas institucionalizadas y convivientes con personas con alto riesgo de complicaciones). La inmunidad o protección aparece a las 2 semanas tras la inoculación. Así se disminuye la frecuencia de esta enfermedad, se evitan urgencias y hospitalizaciones y las muertes que suelen ser un fenómeno tardío en pacientes con enfermedades crónicas y pluripatológicos.

Ahora es tiempo de vacunarse para estar preparados ante la onda epidémica que estará entre nosotros en los próximos meses. Por otra parte, la difusión y transmisión del virus se reduce permaneciendo en casa durante la enfermedad y cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar, al lavarse las manos y al guardar una distancia prudente con las personas susceptibles.

En consecuencia, no vacunarse perteneciendo a los grupos de riesgo o siendo un profesional que cuida a personas institucionalizadas de estos grupos, forma parte de las incoherencias e irresponsabilidades a las que cada vez estamos más acostumbrados y que se resuelven con la utilización de la sustancia gris cerebral y/o con la ingesta de varios comprimidos saludables de sentido común. Se administran gratis en esta columna todos los sábados.

¡Lástima! que sigamos sin experimentar y participar de la Medicina del Siglo XXI, la Medicina Preventiva. Porque como ya saben, más vale estar sano que enfermo u hospitalizado.

JAMCA

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