La Independencia es el Paraíso

Catalunya, una parte del territorio español, también marca eñe, aunque no cañí, siempre fue víctima de los aduladores. Políticos desde el más alto al más bajo nivel de otras tierras siempre pasaron por allí diciendo aquello del "gran pueblo catalán... gente trabajadora que han conseguido que Catalunya sea un ejemplo para el resto de nuestra nación?". Pues créanselo a medias, quizás fueren presuntos gazpachos entre diplomacia y demagogia, porque el resto de los pueblos también han sido grandes para Cataluña y para España.

Pocos políticos han sido tan valientes como Alfonso Guerra, que en la época en la que se negociaba el Estatuto de Cataluña, y no tanto por la insolidaridad de los políticos catalanes con el Estado como por su insaciabilidad, llegó a decir: "Dedico media vida a que los nacionalistas puedan defender sus pretensiones, y necesito otra media para conseguir que no las consigan".

En la parte opuesta, pocos políticos catalanes fueron tan desafortunados como el señor Carod-Rovira y su "no" arrogante a la concesión de los Juegos Olímpicos Madrid 2012. Hecho por el que tuvo que beberse la cosecha de cava de todo un año.

En la actualidad, ante los conejos que saca de la chistera don Artur Mas en su afán de pasar a la historia como el gran libertador, los españoles del exterior callan, pero es muy probable que la población catalana llegue a enfermar de parkinson. En la partida de ajedrez en juego, el president de pronto realiza un movimiento hacia la burguesía, un guiño a los obreros, otro a los independistas, otro a los charnegos u ofrece un hombro para el señor Pujol y familia.

Así, después del rechazo por parte del Constitucional a la votación el 9-N, lo último de Mas es votar el 9-N pero "de mentirijilla" y en diferido, es decir, hasta quince días votando. ¿Esto no es una burla? En quince días da tiempo para repasar las listas y llamar a Jordi, que está jubilado y como no vote le "jodo" la pensión, al taxista "que le quito la licencia", al amiguete que está en el hospital y "tío, no me digas que lo tuyo es para veinte días, que te saco a patadas ?". Ni el mejor Gila lo haría tan bien.

¿Todo para qué? ¿Conseguir lo de Escocia, donde hasta la Reina regalaba unos candelabros? Para eso no sé si ya es demasiado tarde. Acudir a Rajoy y a Montoro, que están en medio del alambre, quizá ya no sea la solución. ¡Qué épocas aquellas en las que el trabajo sucio se realizaba en otras autonomías y mientras los políticos "vampiros" sacaban un Archivo para Cataluña! Si no, que lo pregunten aquí, en Salamanca.

Nadie del Sur u Oeste de Cataluña quiere ningún mal para los catalanes. Es más, muchos españoles aún creen que ser de izquierdas es estar a favor de la independencia. Nuestra humilde opinión no es estar ni a favor ni en contra, sino dentro de los límites de la Constitución que nos hemos dado todos y de la que uno de sus ponentes fue el político catalán don Miquel Roca. Y en absoluto somos unos reaccionarios que estemos en contra de que se reforme. Es más, queremos que sea una reforma para Cataluña y para el resto del país.

Aunque somos conscientes que quizá el "leitmotiv" principal del desapego de Cataluña hacia España sea la lengua. Y es verdad que Carlos III y Felipe V impusieron el castellano en una época en la que había que andar por el mundo con una lengua oficial, y como la castellana ya estaba introducida en América y parte de Asia, y "El Quijote" lo estaba en todo el mundo, imagino que no lo harían en detrimento del catalán, sino para no tener que imprimir las mercancías en todas las lenguas de España y en alguna otra de la CEE de entonces.

Lo de Franco y el catalán ya es distinto. Pero para eso tenemos el chiste de uno que fue al peluquero y éste le preguntó si quería que le arreglaran al perro la pelambrera y el rabo. "Sí, sí, quíteselo", dijo el individuo. Después, a la hora de pagar le pidieron cinco duros por lo suyo y otros cinco por lo del perro. "Pero qué dice, si ese perro no es mío?". Pues eso, el franquismo tampoco es nuestro.