Figuraciones realistas

Ya sé que recientemente escribía sobre el cubo blanco y mágico del museo contemporáneo capaz de trasformar en arte las cosas y cuestiones más insospechadas, pero omití sin embargo describir como de un tiempo a esta parte este se defiende con fuerza de recibir inquilinos, cierta clase de obras, bien pintadas, hasta con maestría, cuidadosamente compuestas, detenidamente ejecutadas y coetáneas de cualquier video arte, performance o conceptual, que tan franca tienen la entrada en dicho sitios.

Vamos, que lo que la gente no muy informada del devenir del arte, sus emergencias, tranversatilidades, y correspondientes sinergias, entiende por arte, visible además de visual y inteligible a más de legible, suele ser el que más problema tiene para ocupar estos espacios purísimos. Dudo que sean solo figuraciones mías porque cuando entro en un museo español de arte actual me preparo para recibir cualquier propuesta, algunas ciertamente interesantes, vivas, intensas, originales (ya con estas cuatro adjetivos, pocas), lo que también sé es que no voy a contemplar ningún cuadro de Galucho,

a no ser que me encuentre en el Museu Europeu d'Art Modern de Barcelona, el MEAM, que alberga específicamente este arte figurativo, realista, hiperrealista, fotorrealista..., y que como casi todo lo que nace por a la defensiva, se impregna de tintes reaccionarios, aunque se justifique en la mera supervivencia de este arte en la interesada historia que de él actualmente se cuenta, por muy bien diseñada que esté. Así que desde esa historia tan etiquetada en tiempos y en estilos, se podría considerar al MEAM, haciendo el chiste fácil, y malo, como una MEA?da, fuera de tiesto.

Yo no quiero hoy entrar en disertaciones y validaciones de un arte u otro, sí ciertas obras pueden considerarse un arte ensimismado y cerrado, si merece que unas excelente cualidades artísticas y una técnica trabajosamente depurada se pongan al servicio de pintar un bote de Coca-Cola envuelta en celofanes, o en la detallada copia ampliada de una fotografía preexistente, solo quiero anotar que para llegar a nuestros museos hay dos sendas, como en los evangelios, una muy ancha y otra muy estrecha, en una se perdona la falta de oficio de técnica, la torpeza y hasta la carencia de originalidad si lo que se copia está ya posicionado en la senda, y en la otra de desprecia todas las cualidades como si fuera envidia en motor que mueve los criterios ( Ya sé que no, que todos los que nos posicionamos en terrenos más actualizados del arte lo hemos hecho

después de habernos aburrido pintando con mejora, Sorollas, Antonios López, o Lucianos Froid).