La discreta hispanidad de España

La nuestra debe ser la única nación del mundo que celebra de tapadillo el día de la Fiesta Nacional, salvo en Zaragoza y en los cuarteles de la Guardia Civil, por obra y gracia de la Virgen del Pilar. Lo que viene siendo la España oficial-institucional despacha la fiesta con un desfile militar y una recepción de los Reyes en Madrid. La España real no la festejaría si no fuera por los que, procedentes de la otra orilla del Atlántico, sienten la Hispanidad como una verdadera fiesta y ven un motivo de celebración en aquel encuentro del 12 de octubre de 1492, digeridas sin ocultamientos sus sombras y puestas en alto sus luces. La Madre Patria para ellos, herederos de la lengua y de la fe. "A veces madre, siempre madrastra" para nosotros, en consonancia con nuestro sentido fatalista de hijos que priorizan diecinueve saraos sobre el santo de su madre.

Diada nacionalista catalana hasta la saciedad, Aberri Eguna en un País Vasco que adopta fiesta y bandera de un partido político, Día de la Patria Gallega secularizando al apóstol Santiago, como hacen Asturias con Covadonga, Extremadura con Guadalupe, Cantabria con la Bien Aparecida, Aragón con San Jorge o Navarra con San Francisco Javier. Otras aprovechan alguna fecha relacionada con su proceso autonómico, Valencia se remonta a Jaime I, Ceuta y Melilla al siglo XV y nuestra, nuestro o nuestros, Castilla y León, a 1521, "en abril para más señas". En Villalar de los Comuneros se reúnen, "siempre añorando una junta", y eso que ya la tienen (¡la tenemos!). Nos queda el consuelo de que así se puede disfrutar mejor del Día del Libro.

Mas el 12 de octubre, ¡ay! Un desfile militar que inevitablemente debilita el hermoso Día de las Fuerzas Armadas e identifica Nación con tanques, y un besamanos palaciego que asimila la fiesta de todos con un cóctel de notables del Reino, incluidos los que lo desgobiernan y los que querrían desmembrarlo aún más para luego confederarlo o no se sabe muy bien qué. No esperemos una fiesta popular o una reunión cívica en las plazas mayores, un certamen cultural o un acto académico centrados en España o un evento deportivo asociado a esta Fiesta Nacional. Eso resultaría políticamente incorrecto. Demos gracias con la aportación de los que se enorgullecen de ser hispanos sin ser españoles, que los de aquí ya tenemos bastante trabajo con disimularlo salvo cuando juega la Selección de fútbol? siempre que gane, claro.